En un acontecimiento histórico, Dilma Rousseff se convirtió hoy en la primera presidenta de Brasil. En su discurso de asunción, la sucesora de Lula prometió gobernar para todos y revisar más la política de derechos humanos.
Dilma y Lula, juntos, en la asución de la nueva presidente de Brasil.
"No voy a descansar mientras haya brasileños sin comida en la mesa, familias en las calles, niños pobres abandonados a su propia suerte", aseguró Dilma Rousseff en su discurso después de ser investida como presidenta. Y de esta manera, se convirtió hoy en la primera mujer que ejerce la presidencia de Brasil al recibir el cargo de manos de su principal impulsor, el presidente Luiz Lula da Silva, en una ceremonia a la que asistieron representantes de 47 países.
La flamante presidenta afirmó que "la lucha más obstinada" de su gobierno, que se inicia hoy, será "la erradicación de la pobreza extrema", tarea para lo cual pidió el apoyo de todos los partidos y de todas las instituciones y sectores del país. Al hablar ante el plenario de la Asamblea Legislativa, la mandataria afirmó que junto a la erradicación de la pobreza, la prioridad de su gobierno será "la lucha por la calidad de la educación, la salud y la seguridad".
Por otra parte, Dilma, quien fue víctima de la dictadura militar impulsará como presidenta de Brasil un acuerdo con organismos de derechos humanos y las Fuerzas Armadas para dilucidar las muertes y desapariciones durante el régimen de facto y realizar un "mea culpa" por parte del Estado. Rousseff recibió el mando de manos de Lula da Silva, el líder del gobernante Partido de los Trabajadores, que resistió las presiones internas para forzar la Constitución para presentarse a un tercer período y que la impulsó e impuso como candidata del PT y de la mayoría de los brasileños.
Lula da Silva deja la presidencia de Brasil tras dos mandatos consecutivos en los que reformó profundamente la estructura social del país y lo posicionó definitivamente como una de las potencias mundiales.
Eso explica el altísimo grado de popularidad del mandatario saliente, cercano al 90 por ciento, y de su gobierno, que está por encima del 80 por ciento.
Tal como había anticipado durante la campaña, la presencia femenina se incrementará el el gobierno de Rousseff. El gabinete entrante contará con 9 ministras, algunas en puestos clave como la cartera de Planificación, que será tres veces mayor que en el equipo de Lula.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner,estuvo representada en la asunción, por el canciller Héctor Timerman, quien el domingo mantendrá una reunión con su par brasileño, Antonio Patriota.
El único presidente latinoamericano que no fue invitado es el hondureño Porfirio Lobo, dado que al igual que varios países del cono Sur, Brasil no reconoció las elecciones en las que fue electo, con el país en manos de la dictadura que derrocó a Manuel Zelaya.
Sábado, 1 de enero de 2011