El Índice de Desarrollo Humano (IDH) para la Argentina que difundió el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) muestra una progresiva reducción de la desigualdad a nivel nacional. El impacto negativo que la inequidad tiene sobre el índice de desarrollo se ubicó en un 4 por ciento, cuando en 2006 era de 4,4, y en 1996, de 4,7 por ciento. Sin embargo, a nivel provincial existe una profunda heterogeneidad, siendo la región noreste del país la más rezagada (incluyendo a Corrientes, Formosa, Misiones y Chaco), en contraposición con la ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego y Santa Cruz.
En los últimos cuarenta años, el IDH para la Argentina ha crecido por debajo de países como Brasil y México. Este desempeño se explica por el pobre crecimiento económico, según el PNUD.
"La Asignación Universal por Hijo y la ampliación de la cobertura del sistema jubilatorio favorecieron al crecimiento del desarrollo humano experimentado en el último tiempo. Sin embargo, queda pendiente reducir la desigualdad en la distribución del ingreso, que es altísima", manifestó Rubén Mercado, director del Informe Nacional sobre Desarrollo Humano.
De forma distinta de la medición clásica del desarrollo, que toma en cuenta únicamente el ingreso monetario, el IDH incorpora otro tipo de factores, como el acceso a los servicios sociales, la desigualdad y las posibilidades de género.
"El desarrollo humano puede entenderse como la expansión de las capacidades de las personas, de sus libertades reales", considera el PNUD en un documento difundido a finales de noviembre. Destaca tres dimensiones principales: salud, educación e ingreso monetario.
En 1970, el IDH para la Argentina era de 0,762, siendo en 2010 de 0,879. Ese avance se explica por los componentes de salud y educación, ya que el PBI presentó un pobre desempeño, advierte el informe. Respecto del resto del grupo de los países en desarrollo, hubo algunos retrocesos relativos de relevancia, como con Brasil y México.
El IDH concibe a la desigualdad de forma multidimensional, pudiéndose manifestar en el acceso a la salud, la educación y el ingreso, y también en el desbalance entre estos componentes. Cualquier tipo de desigualdad penaliza al desarrollo humano. El informe resalta que entre 1996 y 2001 la pérdida de desarrollo atribuible a la desigualdad pasó de 4,7 a 4,9 por ciento, disminuyendo a 4,4 en 2006 y 4,0 por ciento en 2009.Ç
A nivel provincial, los valores actuales muestran una marcada heterogeneidad. Formosa es la que presenta una mayor penalización por desigualdad, del 4,6 por ciento, seguida por Entre Ríos (4,4), Misiones (4,4), Chaco (4,3), Corrientes (4,3) y Tucumán (4,3). La provincia de Buenos Aires, en tanto, tiene 4,2, mientras que la menos desigual es Tierra del Fuego (2,5) y la ciudad de Buenos Aires (2,6 por ciento).
El documento destaca que un problema estructural es la "trampa de desigualdad" que se da en las provincias más pobres. Allí "la mala salud restringe los logros educativos, esto limita el ingreso, y el bajo ingreso a su vez impide tener una salud adecuada e inversión en una mejor educación", indica.
Como porcentaje del PIB, el gasto total en salud es de 10,2 por ciento, "considerablemente por encima del promedio de América latina y más cerca de los valores de los países europeos", indica el documento, aunque a nivel local son las familias las que lo financian de forma directa casi en un 50 por ciento, mientras que en las naciones avanzadas, el Estado lo hace casi en un 80 por ciento.
Eso es una importante fuente de inequidad, lo que se manifiesta en una tasa de mortalidad infantil que en Argentina es muy superior a todos los países de Europa, incluso a la de Chile y apenas inferior que la de Uruguay, aunque estos países tengan niveles de erogaciones en salud mucho menores.
En el país hay registrados casi 18 mil establecimientos asistenciales, 325 habitantes por médico y 257 habitantes por cama.
Según el cuadro elaborado con datos de 2005 del Indec y de 2009 del Ministerio de Salud de la Nación, en los promedios nacionales de médico por habitante y de cama por habitante, Formosa es una de las más comprometidas.
Las peores provincias en este apartado son Formosa, con 740 habitantes por médico y San Juan con 394 habitantes por cama.
En el otro extremo, se encuentran Ciudad de Buenos Aires (138 hab./cama; 99 hab./méd.) y Córdoba (245 hab./med.; 187 hab./cama).
En este sentido, el informe hace hincapié en la falta de cobertura de obra social que tienen los habitantes de las provincias, como otro dato que influye en la construcción del índice de igualdad.
"Provincias como Formosa y Chaco tienen un 66% de población no asegurada, mientras que en otras estos valores caen al 30%, como en la ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Se trata de valores extremos, que se ocultan en el 52% promedio de cobertura nacional", sostiene.
Los cuadros realizados por el PNUD son ilustrativos para dar cuentas de las deudas pendientes que tiene el nordeste argentino a nivel educativo y sanitario.
"La oferta de servicios de salud puede ser descripta sintéticamente mediante los indicadores de habitantes por médico, habitantes por cama y su combinación, los médicos por cama, en cada provincia, considerando la oferta a cargo de los subsectores público, de seguridad social y privado", indica el informe.-
Viernes, 21 de enero de 2011