Lula da Silva dijo que no necesitan el patrullaje de barcos norteamericanos en aguas del Atlántico. Y pidió a su Armada que vigile las reservas petroleras submarinas descubiertas por Petrobras.
Prudente distancia. El presidente brasileño desconfía de las maniobras navales de Estados Unidos cerca de las reservas de crudo encontradas por Petrobras en aguas del Atlántico.
El hallazgo de nuevas reservas de petróleo en los límites de su frontera marítima elevó el temor de Brasil a que “algún listo diga: ‘Esto es mío porque está en el fondo del mar’”.
Según esta lógica, el presidente Luiz Ignácio Lula da Silva dijo que tiene motivos para desconfiar de las verdaderas intenciones de Estados Unidos al reactivar los patrullajes de la IV Flota en las aguas del Cono Sur. “Obviamente, nosotros estamos preocupados. Creemos que no necesitamos a la IV Flota”, dijo Lula.
Estados Unidos siempre garantizó la neutralidad de sus renovadas incursiones marítimas, pero de todas formas Brasilia pedirá a su Armada que custodie su “pre sal”. Ése es el nombre de una formación geológica en aguas profundas del sureste brasileño, a unos 350 kilómetros de la costa, donde Petrobras identificó las que podrían ser las mayores reservas petroleras descubiertas en la última década. Los científicos hablan de unos 80.000 millones de barriles probables, casi el doble de las reservas probadas con que cuenta Venezuela.
Lula explicó que ya transmitió su malestar con respecto a la reactivación de la IV Flota a su colega de Estados Unidos, George Bush. Y lo mismo hizo el canciller brasileño Celso Amorim con la secretaria de Estado Condolezza Rice. “Ellos dicen que no es nada, es sólo investigación, pero ellos están ahí, con la IV Flota casi encima del pre sal”, se quejó Lula.
La cercanía de los nuevos pozos a sus límites marítimos es una de las principales preocupaciones de Brasil, que no está dispuesto a que un tercero se beneficie con las millonarias inversiones en exploración que supuso el descubrimiento del crudo en el Atlántico. Lula ya aclaró que atenderá más de cerca a su Armada, responsable de custodiar las plataformas de Petrobras.
La IV Flota, creada en la Segunda Guerra Mundial como refuerzo de bloqueos y defensa contra ataques de aviones y submarinos alemanes en las aguas del Atlántico sur y el Caribe, fue disuelta en 1950. Este año volvió a navegar con supuestos fines “científicos y humanitarios”.
La preocupación de Lula coincidió con la visita a Brasil del presidente peruano Alán García, que viajó a San Pablo en busca de inversores. Lima quiere financiar con dinero brasileño la matriz energética “azul” de su país, formada por los recursos hídricos de la cordillera andina.
“Una verdadera integración energética va más allá del gas, porque el gas natural, aunque contamina menos que el petróleo, también contamina”, dijo García ante un centenar de empresarios. La apuesta por los recursos energéticos derivados del agua podría no convencer a Lula, que vinculó el desarrollo de Brasil con el petróleo y los biocombustibles producidos con caña de azúcar.
Viernes, 19 de septiembre de 2008