Lo que muchos sospecharon finalmente se hizo realidad: la versión de la “no invitación” de Presidencia de la Nación al gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, al acto de culminación de las obras de Yacyretá en Posadas, Misiones, no fue más que un “berrinche” con fines mediáticos por parte del primer mandatario provincial al que se plegaron casi por obediencia debida una cadena de ministros, subsecretarios, algún que otro intendente arrimado al lío y hasta punteros políticos de segundas líneas que propiciaron la oportunidad para quedar bien con el dueño de la estancia.


Cuando los correntinos todavía nos estamos recuperando del papelón que nos significó el aumento de más del ciento por ciento en los sueldos de los funcionarios del Gabinete provincial -que rige desde enero de este año- al mismo tiempo que el gobernador pateó las paritarias docentes y estatales, un nuevo “escandalete” asomó en la prensa nacional: que “angaú” Corrientes fue dejada de lado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al no ser invitado el gobernador de la provincia a la inauguración de una obra emplazada en ese territorio.

Y el escándalo fue tal, que desde las oficinas que administran la Nación se invirtió tiempo -y paciencia- en salir a aclarar que la invitación existió. Un verdadero papelón. Fue lo que sucedió cuando el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, en un comunicado dado a conocer este mediodía en la Casa Rosada, informó que Colombi "fue invitado junto a otros gobernadores", como se estila, mediante "el radiograma número 60" emitido ayer jueves “a través de la vía red presidencial del centro de comunicaciones, dependiente de la Dirección de Ceremonial". Fuentes allegadas a HoyCorrientes, confirmaron esta versión oficial en una provincia en donde hasta las versiones “oficiales” deben ser “reconfirmadas”, por si acaso.

Pero evidentemente -como también se sospecha- parecería ser que algunos exponentes de la clase política perdieron la vergüenza aunque el pueblo siga sin perder la capacidad de asombro: es que el gobernador Ricardo Colombi dijo este mediodía, estando en los actos en conmemoración del 233° Aniversario del natalicio del General San Martín en Yapeyú, que desde Casa de Gobierno le avisaron que “hace una hora” -o sea esta mañana cerca del mediodía- recibió la invitación de Cristina para asistir a Yacyretá y que “vamos a ver que hacemos”, dejando así la puerta abierta para asistir a la celebración oficial. De hecho, no será extraño que en la noche de este viernes estampe la cara después del escándalo nacional que generó con un reclamo inconsistente.

Hecha la aclaración oficial por parte de la Presidencia de la Nación, no quedan tan atrás las acusaciones del Gobierno correntino hacia la figura de la presidenta Cristina Kirchner, a quien se le endilgaron “mochilas” como las de “falta de respeto a la investidura de un gobernador”, “discriminación de una provincia no alineada políticamente”, “amistades con un gobernador misionero que hasta movió de provincia una represa” y tantas otras afirmaciones que, a estas alturas, alcanzan el matiz de falacia.

Quien miente una vez, miente dos veces

La farsa de la “no invitación” que posicionó en el sitial de víctima a Ricardo Colombi no fue la primera incursión vergonzosa del gobernador correntino en las marquesinas de la prensa nacional. Las mentiras, las “burradas” y los “mantos de duda” de los que hace uso y abuso el mercedeño son, prácticamente, una metodología de comunicación de parte del Gobierno provincial. Y los indicios de esta nueva forma de mentirle a la gente se dieron desde un principio, ya en el mismo día en que asumió la gobernación de Corrientes en su segundo período cuando, antes de terminar su discurso, prometía -entre otras cosas incumplidas- “una prensa libre y sin censuras”. Minutos después, por si faltaran emociones, se fundía en un abrazo con su máximo enemigo político de aquel momento, su propio primo, el gobernador saliente Arturo Colombi del ya extinto Frente de Todos. En medio de ambos, rumbeaban las acusaciones tácitas por la muerte del joven empresario Hernán González Moreno -quien manejaba la plata de la pauta oficial- y cuyas circunstancias de deceso duermen hoy bajo la carátula de “suicidio inducido por amenazas”.

Los proveedores a los que todavía el Estado provincial les debe por la prestación de sus servicios y la provisión de sus productos, en cifras donde sobran puntos y ceros, también fueron víctimas de “los cuentos del tío Ricardo”. Hacia ellos lanzó la versión de que “con los bonos se iba a pagar las deudas que la Provincia tiene con los proveedores” cuando, hace aproximadamente un año, juntaba adhesiones para la aprobación del Presupuesto 2010. Incluso de eyectó una nube de confusión en donde más de un correntino pensó que “volvían los Ce.Ca.Cor” y con ellos las especulaciones y el fraude cambiario de la ultima Intervención Federal que tuvo la provincia de Corrientes de la mano del fallecido Ramón Bautista Mestre.

Pero como “quien miente una vez, miente dos veces”, también la Justicia resultó salpicada por los intentos de verdad del gobernador correntino. Fue así que pocos meses atrás lanzó por los aires otro de sus fantasmas, por cierto el más insólito de todos: el de “la intervención federal al Poder Judicial de Corrientes fogoneada por el PJ”. Hasta el senador provincial Sergio Flinta acusó a dirigentes peronistas de reunirse con altas esferas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para analizar “una posible intervención”. Versión que, además de altisonante, fue catalogada como la “burrada” más arriesgada del primer mandatario provincial teniendo en cuenta que tal posibilidad no tiene asidero constitucional alguno.-


Viernes, 25 de febrero de 2011