Es en el marco de la causa iniciada luego de una inspección de la AFIP en una finca productora de olivas, que fue clausurada. El candidato a gobernador de Salta del PRO-peronismo tenía obreros viviendo hacinados en sus campos.
Los pequeños frascos de aceitunas con la etiqueta amarilla y la foto con su cara redonda se multiplicaron especialmente en Anta, Salta, antes de las últimas dos elecciones. Igual que las gorras, las remeras, los sorteos de motos, autos, casas prefabricadas y mini-tours para ver un clásico entre River y Boca. Sólo que las aceitunas fueron más allá, mucho más allá de las prácticas capaces de tergiversar el sentido de la democracia, y se convirtieron en una pesadilla: Alfredo Olmedo, el hijo del rey de la soja argentino, será indagado mañana por la justicia federal de La Rioja en la causa por “reducción a la servidumbre” de unos 400 trabajadores rurales.
El juez Daniel Herrera Piedrabuena citó al diputado a declarar a partir de las 10, en el marco de la investigación sobre trata de personas en campos de su propiedad ubicados en esa provincia.
La finca AHO del diputado Alfredo Olmedo, el mismo que aspira a gobernar la provincia de Salta apoyado por Mauricio Macri y peronistas disidentes, fue clausurada por la Secretaría de Trabajo de La Rioja el pasado 12 de febrero. El ministro de Gobierno de esa provincia, Felipe Álvarez, explicó la clausura “por una clara falta a la responsabilidad social empresaria, ya que pocas veces había visto un emprendimiento con ese grado de precariedad”.
Los inspectores de la AFIP certificaron que los obreros vivían hacinados en carpas plásticas, dormían sobre tarimas, contaban sólo con un inodoro para todos y se les proporcionaban alimentos en mal estado.
La noticia le llega a Olmedo junior en un momento delicado. El próximo 10 de abril intentará llegar a la gobernación de Salta. Las encuestas no le dan muchas chances de ganar. Pero podría conseguir el segundo lugar, detrás del gobernador Juan Manuel Urtubey. El caso de las aceitunas no sólo preocupó a la AFIP y a la justicia. En el Congreso de la Nación algunos legisladores quieren suspenderlo y abrir una investigación paralela. Ayer mismo, el presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de Diputados se convocó para tratar el asunto. Esta vez no hubo quórum. Los que dijeron presente fueron Gerónimo Vargas Aignasse y Remo Carlotto (FPV), Nélida Belous (Social Patagónico), Elisa Carca (CC) y Victoria Donda (Libres del Sur), la impulsora del proyecto.
Para Alfredo Olmedo hijo, a quien llaman Junior o Cepillo, es toda una novedad: el riesgo lo obliga a cambiar la mueca y ponerse serio. Hasta ahora, iba de travesura en travesura. “No vote al pedo, vote Olmedo”, dice su slogan. “Tengo la mente abierta y la cola cerrada”, fue su frase célebre durante la discusión del matrimonio igualitario. Imprimió carteles con una foto en la que abraza a Lionel Messi (aunque esa vez la picardía le valió una carta documento), almorzó con Mirtha Legrand, conversó con Fernando Niembro en vivo y en directo en la previa de un superclásico y, de cuando en cuando, para matizar un poco, hizo propuestas temerarias como el regreso del servicio militar obligatorio o la prohibición para que los menores salgan por las noches.
A veces, así y todo, consuma el engaño. A menos de 30 días de las elecciones provinciales, apoyado en una campaña electoral millonaria, Olmedo y su padre, el mayor productor individual de soja del país, llevan cumplidos diez años sin devolver ni renegociar las 182 mil hectáreas fiscales que el ex gobernador Juan Carlos Romero les obsequió. Un contrato que Juan Manuel Urtubey no se animó todavía a rescindir. Apenas prometió cobrarle este año, luego de una década de ganancias gruesas, después de miles de toneladas de soja caídas del cielo, un 10% de lo que facture en 2011.
Miércoles, 16 de marzo de 2011