El presidente Rafael Correa abandonó la reunión en Paraguay al ver que participaba un representante del Banco Mundial. Dice que “chantajeó” a su país. Diez mandatarios, entre ellos Cristina, dijeron ausente.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, abandonó hoy por un rato la reunión plenaria de la Cumbre Iberoamericana, que sesiona en Asunción, en rechazo a la participación en el foro de una representante del Banco Mundial, quien, aseguró, "chantajeó" a su país.
La intervención de Correa sucedió cuando el presidente anfitrión, Fernando Lugo, anunció el discurso de la representante del Banco Mundial para América latina, Pamela Cox.
Correa le pidió la palabra y se preguntó "por qué en este foro tenemos que escuchar al Banco Mundial, histórico defensor de las políticas neoliberales que tan mal nos han hecho".
"Cuando yo era ministro de economía de Ecuador, esta señora nos negó un crédito porque cambiamos el plan económico, así que yo me voy a retirar para no escuchar la palabra de esta persona, que chantajeó a mi país, y retornaré cuando hablen los integrantes de este foro iberoamericano", afirmó el mandatario andino.
Ante la intervención de Correa, Lugo justificó la presencia de Cox y de otros representantes de organismos internacionales y financieros en el hecho de que este "es un foro abierto" en el que se pueden escuchar "todas las voces".
Luego de retirarse, Correa hizo declaraciones a los periodistas en un salón contiguo, en las que reiteró los conceptos sobre Cox vertidos en la sesión.
Correa ya había tenido objeciones previamente, cuando habló ante el plenario Angel Gurría, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quien había hecho varias recomendaciones a los mandatarios presentes en materia económica.
Correa expresó "con cariño y respeto" hacia Gurría que le parecía mal que "vengan estos organismos a enseñarnos buenas costumbres", y pidió que, en la recíproca, para la próxima reunión de la OCDE sea invitado algún representante de los países iberoamericanos.
Cumbre de ausencias latinoamericanas
La Cumbre Iberoamericana se instaló ayer en Asunción del Paraguay sin 10 de los 22 mandatarios invitados, y con la mirada puesta en la crisis económica y sus efectos sobre América Latina, una región exportadora de materias primas y cada vez más dependiente de la demanda china.
"Es inimaginable que una prolongada crisis de lento crecimiento en el norte desarrollado no tenga repercusiones, más tarde o temprano, en el resto del mundo, y particularmente en nuestros países", afirmó el secretario iberoamericano, Enrique Iglesias.
España y Portugal llegan a esta cita anual sumidos en la profunda crisis de deuda que golpea la Eurozona, mientras sus ex colonias están en crecimiento, sostenidas por la demanda mundial de alimentos y materias primas, principalmente.
"América Latina está pasando por un muy buen momento. La Cumbre puede servir para reforzar las relaciones entre los países", sostuvo el jefe del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a su llegada a Asunción.
Zapatero asiste a la última de estas reuniones antes de entregar el poder al vencedor de las elecciones del 20 de noviembre, en las que los conservadores son amplios favoritos.
La reunión, que tiene como tema dominante "la transformación del Estado y el desarrollo", se lleva a cabo sin la presencia récord de diez de los mandatarios invitados.
Las tres presidentas de los países del foro (Argentina, Brasil y Costa Rica), además de los mandatarios de Colombia, Cuba, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela, se excusaron de asistir alegando compromisos previos o cuestiones de salud.
Domingo, 30 de octubre de 2011