El brutal ataque sufrido por la niña del barrio Anahí volvió a dejar al descubierto las falencias que la Justicia tiene en cuanto a condenas para hechos de violación y cuyos atacantes son sujetos reincidentes y con claros rasgos de imposibilidad de adaptación en una comunidad.

No se necesita ser tan instruido para darse cuenta, que el sospechado Raúl de Jesús Venegas es un sujeto peligroso. Según datos a los que tuvo acceso exclusivo época por fuentes judiciales, el historial criminal de Venegas en cuanto a hechos de violación se remonta a 1999 cuando fue atrapado por un primer caso ocurrido en Empedrado, en el que tuvo como víctima un menor, por el cual la Cámara Criminal Nº1 lo sentenció a 8 años de cárcel.

En medio del cumplimiento de esa condena y luego de hacer “buena letra”, consiguió de la misma Cámara la libertad condicional.
Gozando de ese beneficio (foto) en julio de 2005 (es decir, antes siquiera de que se cumpliese la totalidad de la condena impuesta) se produce el segundo ataque brutal, esta vez contra una niña de 7 años, a la que raptó en su bicicleta y la violó en un descampado.

La misma Cámara Criminal Nº1 lo volvió a condenar por reincidente a otros 4 años. Se unificaron las condenas. Es decir que en el primer caso le aplicaron 8 años y en el segundo tan sólo 4, pese que en los dos hechos violó a menores. En total fueron 12 años, los que en efecto cumplió hasta el 4 de julio pasado, en que recibió la libertad por cumplimiento de pena.

Pasada la feria judicial de este año, el abogado de Venegas pidió la “Libertad Asistida”, un beneficio que prevé el código penal a aquellos reos a quienes les falta sólo 6 meses para cumplir su condena. En una resolución que lleva varias páginas y que está claramente detallado el caso, la juez de ejecución de condena María Teresa Zacarías denegó ese beneficio resaltando que “Venegas está en situación de vulnerabilidad y que son altas las posibilidades de reincidencia”, y la juez no se equivocó, aunque ya estaba libre. (Época).


Miércoles, 25 de julio de 2012