La comunicación efectuada por el Fiscal Dr. Fabricio sobre que retiraría a los menores que lloraran o se durmieran durante el desfile de las agrupaciones serían retirados, no fue efectivizada ya que los niños que desfilan se comportaron como lo hacen habitualmente, contagiados por la alegría. Así se vio a niños de poco más de 2 años desfilar y sambar durante la hora de desfile recibiendo el cariño de la gente.
Lo anunciado por el Dr. Fabricio, sobre los menores en la agrupaciones, no pasó de una simple expresión de deseo, mas cercana a generar comentarios en la prensa, que en hechos de la realidad.
En lo que si debiera ocuparse la justicia es en controlar a los jóvenes, muchos de ellos menores de edad, que en estado de ebriedad, generó múltiples peleas en las tribunas, ante la mirada impávida de las fuerzas del orden. Existen leyes que prohíben el expendio de bebidas alcohólicas a menores, pero en los corsos se las vende a la vista de todos.
Esa si es una preocupación valedera y que redundaría en cambiar la imagen de la justicia, pues preocuparse por una criatura que llora junto a sus padres, es una nimiedad comparado con los problemas reales que hacen a nuestra juventud y las adicciones.
En los corsos los niños no lloran ni se duermen, pero los jóvenes menores de 18 años se emborrachan ante la vista de todos sin que nadie haga nada, y generan los problemas conocidos por todos, pero que evidentemente a nadie le importa.
Lunes, 2 de febrero de 2009