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HISTORIA DE UN HIJO DE DESAPARECIDO
“La ausencia marcó mi vida, pero quizás pude convertirme hoy en el papá que no tuve”
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Domingo, 20 de marzo de 2016

Corrientes (20-3-16): Juan Manuel Osuna relató a El Litoral la desaparición de su padre. Un resumen de lo que tuvieron que afrontar cientos de familias en Argentina. Contó que vio por última vez a su padre cuando tenía cinco años, y pese al tiempo transcurrido aún lleva las marcas que dejó la última dictadura.
MARISOL SALINAS


Restan pocos días para que se cumplan 40 años de la última dictadura militar, período en el que miles de personas desaparecieron dejando ausencias que marcaron la vida de muchas familias.

Entre tantas historias, El Litoral conversó con Juan Manuel Osuna, que vive en Corrientes desde hace ya varios años.
En una breve entrevista relató la vida de su padre que desapareció en plena dictadura militar y contó una situación que en cierta manera resume la historia de otros hogares.

Juan Manuel era muy pequeño cuando desapareció su padre, pero aun así tiene recuerdos, especialmente la imagen de su mamá en la búsqueda solitaria de su esposo, la lucha de su hermano mayor por cooperar con los que se encontraban en la misma situación y episodios de una historia que fue armando con los relatos de sus parientes más cercanos.

En medio del relato aclamaba la necesidad de rememorar una historia que califica de “abrumadora y que por lo tanto no debe repetirse, porque debe servirnos de ejemplo para unirnos por una sociedad más igualitaria. Eso fue lo que se perdió durante la dictadura, se perdió la justicia social y todo derecho”.

Relato

“La historia de mi familia comienza cuando mi mamá tenía 26 años y mi papá 20, se casaron en Misiones y vivieron allá un buen tiempo. Ambos eran militantes, primero en Misiones luego en Lanús, donde vivimos buena parte de nuestras vidas. Ahí fue donde nací”, comienza su relato.

Tenía sólo cinco años cuando vio por última vez el rostro de su padre, pero las historias relatadas por su madre le ayudaron a armar el rompecabezas y entender su genealogía. “Mi papá laburaba como sindicalista, trabajaba por los derechos y necesidades de sus compañeros; es más, cooperaba en las villas de emergencia de Buenos Aires.

Cuando vino Perón en el 73, regresaba a Argentina y en Ezeiza había un grupo de militantes esperándolo; ahí se armó una balacera y ellos estaban allí. Mi mamá nos contaba que no sabía para qué fue, pero creo que no eran conscientes de la gravedad de los hechos”.

Con el correr de los meses los militares comenzaron a perseguir a su padre, don Juan Alberto Osuna. “En el 76 cae preso, pero como no encuentran nada raro en él, lo dejaron libre. Pero el 10 de mayo de 1977 desapareció, y desde entonces no supimos nada de él.

Mi mamá murió tratando de conseguir relatos de presos o alguna historia que pudiera hacernos comprender qué fue lo que ocurrió. Pero fue imposible”, rememoró conmovido.

Antes de desaparecer Juan Alberto le pidió a su esposa que regrese a Misiones por seguridad, “ellos sabían que la cosa se estaba poniendo difícil pero creo que ninguno pensó en que jamás nos íbamos a reencontrar. Así que nosotros nos fuimos Misiones”.

En la provincia vecina vivían sus familiares maternos, pero destaca: “Llegar allá para mi mamá fue muy difícil, porque tenía que comenzar una nueva vida y era muy complicado conseguir laburo. Por suerte teníamos a mis abuelos y tíos que nos ayudaron a seguir adelante”, detalló.

En medio de la historia recordó que hace unas semanas atrás encontró la última carta que su padre Alberto le envió a su madre. “La carta tiene fecha del 26 de abril, es decir que nos la mandó meses antes de desaparecer. En ella nos mandaba saludos, pregunta cómo estamos y obviamente no nos dice nada de lo que estaba sucediendo en Buenos Aires con la dictadura; sólo dice que está juntando plata para venir con nosotros, pero nunca llegó. La carta la guardo como un recuerdo de lo que fue mi padre”. Asimismo comentó que heredó de él “un monedero que está lleno de monedas. Era suyo, en un momento en que fue colectivero”.

Con el correr de los años su madre logró establecerse económicamente, su hermano Renzo comenzó a investigar y a colaborar con las causas de personas que se encontraban en una situación similar. Luego ambos hijos desembarcaron en Corrientes, donde Juan Manuel formó una nueva familia. “A diferencia de mi hermano, no me metí en ninguna organización o partido; creo que los hechos políticos dejaron una ausencia que marcó mi vida dejando secuelas. Pese a todo pude formar mi familia en Corrientes y transformarme quizás en ese padre que a mí me faltó”, relata.

Fecha conmemorativa

La historia de Juan Manuel es sólo un ejemplo de las secuelas que dejó la dictadura militar. En este sentido Osuna destaca: “Yo reivindico el 24 de marzo para que todos tengamos memoria. Conocer la historia es importante para que nunca más se repitan hechos semejantes. Durante la dictadura no hubo justicia; mi papá no tuvo derecho a acceder a un juicio justo. Necesitamos de un país con justicia social e igualdad”, expresó.

Por último destacó que de manera especial vive cada reencuentro de hijos de desaparecidos con su familia.
“Es una sensación única porque son pibes que tienen mi edad, además la identidad es muy importante para nuestro trato con el mundo”, sintetizó.


Domingo, 20 de marzo de 2016

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