Aunque parezca mentira el Obispo de la Diócesis de Santo Tomé, Hugo Santiago se despachó con duros términos contra la homosexualidad calificándola de antinatural. Dichas declaraciones se dan pocos días después de las controvertidos dichos del Papa sobre el uso del profiláctico aduciendo que los mismos agravan el problema del SIDA. Es evidente que el retroceso de algunos sectores de la Iglesia con respecto a los tiempos actuales nos quiere llevar al medioevo. Dichas declaraciones tomaron estado nacional y fueron reproducidas por los diarios mas importantes del país.
Foto: Intendente Vischi con Obispo Santiago en la procesión en honor a San José (106 FM)
Entre todas las cosas que dijo, señaló que "la homosexualidad es una enfermedad que se puede tratar y curar con médicos, psicólogos y sacerdotes". En lo que fue una contundente arenga a todos los sectores de la comunidad católica para que recupere “el sentido de Dios” que cree se ha perdido, el obispo de la diócesis de Santo Tomé, monseñor Hugo Santiago, se despachó el jueves a la noche con duros términos contra la homosexualidad calificándola de “antinatural”.
Las declaraciones del religioso, reflejadas en el parte oficial de la Municipalidad de Paso de los Libres, se dieron en el marco del cierre de las actividades litúrgicas de las fiestas patronales en honor a San José celebradas en la ciudad fronteriza.
La homilía del obispo estuvo signada por fuertes críticas a diversos sectores que integran la sociedad, en duras apreciaciones que hacía mucho tiempo no se reflejaban en los discursos eclesiásticos.
La sexualidad en las escuelas, la homosexualidad, la marginación social, la falta de valores, la inseguridad y la disolución familiar, fueron los íconos de un fuerte discurso del prelado.
La misa, concelebrada en el atrio levantado frente al templo de calle Mitre de la ciudad fronteriza, tuvo su matiz más contundente en su fase final cuando Santiago definió a la homosexualidad como “algo antinatural y que se pretende enseñar en las escuelas que es algo cultural de libre elección”.
“La homosexualidad es una enfermedad que se puede tratar y curar con médicos, psicólogos y sacerdotes”, remató.
Aunque es sabida la posición de la Iglesia respecto de la sexualidad, Santiago no dudó en afirmar que se vive una crisis cultural, donde la pérdida de valores y de sentido asustan, y las consecuencias se notan en la disolución de las familias, en las adicciones y en el peligro de la descomposición del tejido social”, aseveró.
Y al final instó a los ciudadanos a “asumir el compromiso de recuperar el sentido moral, ético y el poder de discernir con claridad lo que está bien y lo que está mal. Sólo así la sociedad se irá ordenando otra vez según Dios y habrá paz”, concluyó.
Ergo, Santiago no dejó títere con cabeza a la hora de fundamentar las razones de esta pérdida de valores éticos de los mandamientos. “La sociedad promueve la profilaxis en las escuelas”, aseveró, y explicó que “se podría hacer eso con nuestros adolescentes, evitando que tengan un hijo no deseado o que contraigan el sida, pero como padres y educadores estaremos fracasando en una verdadera educación para el amor al permitir que prevalezca la sensualidad”.
“Se estará sometiendo a nuestros jóvenes al hábito de relaciones superficiales y efímeras, cuyo fruto no podrá ser otro que el de matrimonios separados e hijos huérfanos. Desde el pecado original, el amor de pareja necesita ser sanado por Cristo para que pueda ser estable y verdadero”, subrayó.
El prelado también puso énfasis en los deberes paternos al señalar: “Hay que tener una enorme responsabilidad como padres y educadores, esto no se debe ceder a nada ni a nadie”.
“Hay que dialogar con los hijos, transmitirles los valores del Evangelio mediante el valor de las palabras y el ejemplo. Ser padres es mucho más que engendrar un cuerpo, se puede traer un hijo al mundo pero si no se lo ama y no se lo educa no habrá paternidad”, afirmó el máximo referente de la prelatura santotomeña. (Primera Edición Web)
Sábado, 21 de marzo de 2009