Farmacéuticos advirtieron que el laboratorio que lo produce presentó el producto con una dosis menor, que serviría para interrumpir un embarazo
Farmacéuticos advirtieron sobre el preocupante aumento del consumo de un protector gástrico y antiinflamatorio, cuyo efecto secundario son las contracciones uterinas, que es utilizado para inducir abortos. Incluso denunciaron que en los últimos meses el laboratorio fabricante lanzó una sugestiva presentación con las dosis necesarias para interrumpir un embarazo.
Se trata de un medicamento, elaborado en base diclofenax (50 mg o 75 mg) y misoprostol (200 mg), aprobado como antiinflamatorio y antiulceroso. Es en realidad el último principio activo el indicado para prácticas abortivas: en el 2005 la Organización Mundial de Salud (OMS) recomienda el misoprostol como ocitóxico en los países donde la intervención está legalizada, siempre bajo la atenta vigilancia médica. Es que el abuso de esta droga puede generar daños irreparables en la salud de la mujer y, en caso de fracasar en su cometido, la criatura nacerá con problemas neurológicos.
Un trabajo del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFB) alertó sobre el auge en el consumo de este fármaco y estimó que cada año se venden 800 mil comprimidos en todo el país. La entidad concluyó "que la nueva presentación comercial (8 pastillas) contiene la dosis requerida para abortar y evitar legrados (procedimiento quirúrgico)".
El estudio comprobó que otros protectores gástricos son mejor tolerados y curan más rápidamente y aportó un argumento irrebatible: todos los productos alternativos son mucho más económicos. El envase de 16 comprimidos de este producto ronda los $210 (para un mes de tratamiento harían falta 2 cajas) y el de 8 pastillas vale $167.
"Desde la óptima de la farmacoeconomía, no se justifica su inclusión en ningún vademécum o formulario terapeútico. Por eso nos preguntamos por qué sigue en el mercado y la respuesta está en que evidentemente se le da un uso diferente al autorizado", explicó a este diario Graciela Luraschi, delegada para la región metropolitana del SAFB.
La dirigente pidió a la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) estudiar su uso actual para evitar efectos nocivos en la salud pública. "No convendría sincerar su fin ginecológico u obstétrico... Es necesario que la autoridad sanitaria defina su uso porque tiene una comercialización masiva. Se vende por receta pero, en verdad, nosotros somos farmacéuticos no peritos caligráficos. Y muchas recetas son dudosas", apuntó. A su turno, Marcelo Peretta, asesor del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal, advirtió que "el nuevo envase no alcanza para tratar una artritis o una dolencia estomacal. Y llama la atención que contenga la cantidad justa para interrumpir un embarazo".
Peretta conoce el uso ilegal que se le da a esta presentación medicinal: "se utiliza para abortos porque el misoprostol aumenta las contracciones del útero y produce sangrados vaginales. Pero al no estar regulado su consumo es peligroso".
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En internet se recomienda el uso de este fármaco para ese fin: "la utilización de los comprimidos por vía vaginal genera hemorragias en las 48 horas posteriores, que van desde pérdidas hasta la interrupción del embarazo".
Pero muchas páginas web no sólo informan sobre cómo darle un uso abortivo a este medicamento sino que lo comercializan o aconsejan dónde adquirirlo. En Argentina se venden 50 mil envases de 16 pastillas por año, según estimaciones del sector.
"No hacemos apología del aborto ni tampoco planeamos consideraciones éticas al respecto. Somos los últimos eslabones de la cadena y no queremos ser cómplices de las serias consecuencias de estas prácticas. Porque quienes toman estos comprimidos buscan producir un aborto espontáneo. Y muchas mujeres que no logran ser atendidas a tiempo sufren graves hemorragias", explicó Luraschi.
En algunos casos quienes toman esta medicación no logran interrumpir el embarazo. "Es habitual en las maternidades públicas observar los bebés que nacen con defectos en el rostro y problemas neurológicos, ocasionados por la acción perniciosa de este medicamento", concluyó la especialista.
Domingo, 6 de julio de 2008