El aumento de la energía, por el que tanto bregaron generadores y distribuidores, será realidad después que el Senado vote las retenciones. “Habrá un acomodamiento tarifario que tendrá, entre otros objetivos, disminuir los subsidios al costo de la generación.

La diferencia entre este y lo que se paga (hoy con saldo negativo) será cubierta por los grandes usuarios, no más por el Estado”, anticipó una fuente oficial. Y agregó: “De paso, es un pase de factura a los industriales”.

En total, el aumento le tocará a cerca del 50% de la demanda eléctrica, que incluye a los grandes usuarios que contratan directamente en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) con los generadores; también las industrias; además comercios y pymes. Según se averiguó, el incremento no llegará a los hogares residenciales, excepto los que consuman más de 900, 1.000 o 1.100 kilowatts (kw) por bimestre. Es decir, sólo le tocará a los usuarios particulares con propiedades más grandes (se calcula 150 metros cuadrados hacia arriba para llegar a estos consumos), familia relativamente numerosa (más de cuatro personas) y gran uso de electrodomésticos. En síntesis, la clase media alta o alta que no votó ni votará a los Kirchner, puede pagar el aumento, y en las últimas semanas golpeó cacerolas.

Según el actual esquema tarifario de las distribuidoras, el aumento sólo dejará excluidos a los usuarios de la categoría T1R, los residenciales sin consumo alto. Mientras pagarían más aquellos de las categorías T1G (oficinas, clubes, pequeños comercios, etc.), T2 (demanda mediana: comercios más grandes, pymes, consorcios) y T3 (shoppings, edificios con mucho consumo eléctrico, fábricas, etc.). “La idea siempre fue cobrarle más a quienes pueden pagarlo, preservando la noción de tarifa social y estableciendo tarifas diferenciadas”, confesó otra fuente del Gobierno.

Por ahora no se definió de cuánto aumentarán las tarifas, pero los grandes usuarios podrían cargar con los porcentajes mayores. “En el MEM, algunas industrias pagan $ 100 a 140 el megawatt/hora. Cualquiera sea el incremento, les saldrá más barato que los u$s 300 a u$s 400 que se pagan por lo que nos importa Brasil en la misma unidad de medida”, comentó un funcionario. Casi un certificado de defunción para una de las bases del “modelo productivo”: energía a costos subsidiados.

“El precio de la energía será fijado libremente entre grandes usuarios y generadores. Los combustibles líquidos, que hoy subsidia el Estado, formarán parte del precio a pagar por el usuario, que además deberá contemplar la rentabilidad del generador”, indicó el funcionario.

Además de recomponer esa ecuación económica, el Gobierno busca achicar un déficit comercial energético que crece cada mes. “Los subsidios crecieron demasiado, y el déficit ya se volvió inmanejable”, comentó una fuente del sector. La empresa administradora del mercado mayorista, Cammesa, acumula una deuda de casi $ 13.000 millones, según su actualización a mayo.

De ellos, más de $ 6.500 millones son por el Fondo de Estabilización, que surge de la diferencia entre el costo real de la generación y su tarifa subvaluada; mientras que más de $ 4.000 se deben a los Sobrecostos Transitorios de Despacho, básicamente subsidios a combustibles líquidos para suplir la falta de gas en generadoras térmicas; que pronto sumarían otros $ 5.000 millones.

Martes, 8 de julio de 2008