Uno de nuestros lectores nos preguntaba en el foro cómo se masturba alguien adecuadamente. Existen distintas acepciones del término "adecuado", pero una que nos gusta es la siguiente: "Que es apropiado para determinado fin, uso o acción". Entonces hemos de aclarar, en primer lugar, cuál sería el fin o el objeto de masturbarse. Y, en realidad, ahí está el quid de la cuestión.
Por M. PÉREZ, J. J. BORRÁS Y X. ZUBIETA (SOITU.ES)
¿Para qué nos masturbamos? ¿Cuál es el objetivo? Muchas personas, más concretamente muchos varones, dirían que la única finalidad de la masturbación es conseguir el orgasmo. Sin embargo, pensar de esa manera puede representar un grave error y conducir a problemas sexuales. Hace poco ya apuntábamos que cuando un varón —y para el caso, muy probablemente también una mujer— se habitúa a masturbarse muy deprisa, se acostumbra a llegar al orgasmo demasiado deprisa y termina padeciendo eyaculación precoz.
La relación que tienen los hombres y las mujeres con la masturbación puede ser distinta. Para muchos varones, la masturbación puede constituir el eje inequívoco de su placer erótico. Mientras que para algunas mujeres puede resultar una asignatura pendiente.
La masturbación tiene una importante función en la vida sexual de la persona en distintos niveles. Uno de los niveles se refiere al autoconocimiento. Es muy útil conocer el cuerpo propio, las zonas erógenas y la forma en que respondemos a distintos estímulos sexuales, por mencionar los aspectos más importantes. Desde esta perspectiva, además de buscar placer, la masturbación puede permitir a la persona conocer su ciclo de respuesta sexual.
Mientras que muchos aprenden a masturbarse intuitiva u orgánicamente, por usar estos términos, en consulta a menudo atendemos a pacientes que no entendieron muy bien de qué iba la cosa. O pacientes que quizás nunca le han visto mucho sentido a la masturbación y la han practicado apenas.
Insistimos en que con frecuencia la sombra del pecado y la culpa hace su aparición y a muchos les sigue causando conflicto masturbarse. Es necesario acostumbrarse a pensar que la masturbación es bastante sana, al igual que lo puede ser la comida y el sueño. Aunque siempre existe el riesgo de caer en los excesos, también es posible aprender las cantidades que nos resultan más satisfactorias. Los extremos casi nunca son recomendables.
Otro de los aspectos que muchas veces conviene tomar en cuenta es el de las condiciones. Hay personas cuyo rendimiento sexual puede ser óptimo bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, hay muchas otras que requieren de un mínimo de condiciones para poder funcionar. Esto puede determinar el grado de placer.
Hay que asegurarse de que hay un mínimo de condiciones favorables, que permitirán que la masturbación sea más plena. Para la mayoría es necesario contar con privacidad, tiempo y apetito sexual. También estar descansado y más o menos relajado... No es lo mismo tener actividad sexual cuando uno se siente lleno de energía, que cuando está exhausto o adormilado, o cuando está pasando por estados de gran estrés.
Lunes, 1 de junio de 2009