Es una de las prácticas sexuales con más tabúes. Miedos, vergüenza y hasta una gran cantidad de mitos.
El “sexo anal” es una de las prácticas sexuales con más tabúes. Miedos, vergüenza y hasta una gran cantidad de mitos se crearon en torno a la erotización del ano.
Por eso, la reconocida sexóloga Alessandra Rampolla explicó cómo encarar el tema para poder disfrutarlo sin ningún problema. “El requisito principal es que quien lo practique, se sienta cómodo con su cuerpo y se encuentre preparado para la experiencia”, contó en su columna de la revista de Susana.
Rampolla clasifica dos grandes mitos para tener en cuenta antes de comenzar con el “juego previo”.
El ano y el recto no deben ser erotizados.
Al estar llenos de terminaciones nerviosas y muy sensibles, las estimulaciones del ano y la penetración del recto pueden resultar intensamente placenteras tanto para el hombre como para la mujer.
La penetración anal siempre provoca dolor para quien la recibe.
Con relajación, deseo, buena comunicación en la pareja y mucha lubricación, la penetración anal no sólo no es dolorosa, sino que puede ser excitante y orgásmica. Si está provocando dolor, es señal del cuerpo de que la actividad sexual se debe pausar hasta no sentir dolor.
Pero para poder disfrutarlo correctamente, la sexóloga recomienda comenzar la actividad sexual con un lubricante artificial sobre la base del agua (para que no afecte la integridad del condón), de consistencia pesada y sin espermicida, ya que puede irritar el tejido anal.
Además de respetar la anatomía del cuerpo –por lo que la penetración debe darse suave y lenta-, la persona que recibe la penetración debe siempre mantener el control de ésta, sobre todo al comienzo. Es por eso que la comunicación en la pareja debe ser primordial.
Según la sexóloga, el ano también puede ser estimulado oralmente, así como con juguetes sexuales o los dedos. La clave es estar muy bien lubricados y nunca penetrar nada en el ano que no mantenga una base.
Domingo, 7 de junio de 2009