Caracas (6-5-20): Luke Denman y Airan Seth, ex miembros de las Fuerzas Especiales estadounidenses, formaban parte de uno de los grupos de mercenarios que intentaban ingresar al país.La imagen de dos norteamericanos apresados en las costas venezolanas causó un gran impacto. Luke Denman y Airan Seth, ex miembros de las Fuerzas Especiales estadounidenses, formaban parte de uno de los grupos de mercenarios que intentaban ingresar al país.
Por Marco Teruggi
Desde Caracas.
Su presencia confirmó las denuncias del gobierno acerca de la participación de actores norteamericanos. La declaración de uno de los detenidos, Josnar Adolfo Baduel, agregó gravedad a la situación, al afirmar: “son jefes de seguridad del presidente de los Estados Unidos, ellos dicen que trabajan con asesoría de seguridad de los EE.UU.”. Con Denman y Seth quedó evidenciada la participación de la contratista militar Silvercorp, dirigida por Jordan Goudreau, en la denominada Operación Gedeón. El mismo Goudreau, también ex militar estadounidense, lo había reivindicado públicamente, presentándose como estratega de la acción.
La identidad de los mercenarios estadounidenses fue dada por Nicolás Maduro el lunes por la noche, cuando brindó detalles acerca de la Operación que, hasta el momento, no ha terminado. Según explicó, la misma debía realizarse a mediados de marzo, pero se había retardado por errores de la oposición, la aparición de la pandemia y consecuente cuarentena. El gobierno sabía de los campos de entrenamiento ubicados en el norte de Colombia, los tres entrenadores estadounidenses, la cantidad de hombres, quienes dirigían y el momento en el cual zarparon hacia Venezuela.
Maduro informó que no solamente los esperaban, sino que entre el 19 de abril y el 3 de mayo -madrugada en la cual llegaron- había desplegado acciones para desactivar sus bases de apoyo dentro del país. “El gobierno de Estados Unidos delegó en la DEA y en Silvercorp toda su planificación operativa”, afirmó. La acusación abarcó también al gobierno de Iván Duque y su rol en tanto que facilitador del territorio para los campos de entrenamiento mercenarios, y el nexo con carteles de droga que fueron los canales de financiamiento y apoyo logístico de la operación.
“Acabo de recibir información, nada que ver con nuestro gobierno”, respondió el martes en la mañana Donald Trump al ser preguntado sobre lo sucedido en Venezuela. El gobierno norteamericano, a diferencia de su costumbre de manifestarse sobre los sucesos en Venezuela, había guardado silencio desde el inicio de los acontecimientos y las acusaciones realizadas de Caracas.
En días anteriores, sin embargo, diferentes voces habían manifestado que la caída de Maduro era cuestión de un corto tiempo. El secretario de Estado anunció que su equipo estaba realizando planes para reabrir la embajada en Caracas, Elliot Abrams afirmó que “una transición está por venir y necesitamos estar preparados”, y el ex asesor de seguridad, John Bolton, twitteó: “la mañana está llegando sobre Venezuela, de nuevo”.
Esos pre anuncios fueron una de las señales de que efectivamente algo podía ocurrir. La probabilidad de que el gobierno de Estados Unidos reconociera participación en la Operación Gedeón era poco probable debido a la falta de legitimidad de una acción de esta naturaleza, y la matriz mediática, encabezada por la agencia AP, planteó desde la hora cero que los mercenarios no contaban con respaldo norteamericano, colombiano ni de Juan Guaidó.
La investigación sobre el camino de las conexiones está en desarrollo. El gobierno venezolano mostró este martes, por ejemplo, fotografías de Goudreau realizando tareas de seguridad de Trump en uno de sus actos en el año 2018. En esa misma alocución se informó también que el total de mercenarios que zarparon desde la finca del narcotraficante en Colombia eran 56, incluidos los dos estadounidenses. Quienes están públicamente al frente de la Operación Gedeón afirman que no han fracasado y que las acciones siguen su curso. ¿Cuáles son los objetivos? Capturar a Nicolás Maduro y la dirección del proceso político, según han dicho los autores visibles.
El gobierno explicó por su parte que los objetivos de quienes desembarcaron eran atacar el Palacio de Miraflores, las sedes del Servicio Bolivariano de Inteligencia, la Dirección de Contrainteligencia Militar y atentar contra las principales cabezas políticas del chavismo.
El proceso de defensa e inteligencia del gobierno venezolana está desplegado y en alerta completa. Parte de quienes venían en las lanchas lograron ingresar al territorio venezolano y están siendo buscados.
Miércoles, 6 de mayo de 2020