Para la mayoría de las parejas, el sexo es algo que estrecha los lazos de la relación o se convierte en algo que separa la pareja en forma gradual. Cuando una persona está menos interesada en el sexo que su pareja y tal problema se ha convertido en una fuente de conflicto y desacuerdo, se recomienda buscar ayuda profesional antes de que la relación se torne más tirante.
El deseo sexual inhibido se refiere al bajo nivel de apetencia e interés sexual que se manifiesta en la dificultad para iniciar o responder a la iniciativa de la actividad sexual en la pareja.
Dicha condición puede ser primaria, en la cual la persona nunca ha sentido mucho interés o deseo sexual, o secundaria, en la cual la persona solía tener deseo sexual, pero ya no lo tiene.
El deseo sexual inhibido puede ser situacional con relación a la pareja: él o ella tiene interés hacia otras personas pero no hacia la pareja. También puede ser general: él o ella carece de interés sexual hacia cualquier persona. En su forma extrema, aversión sexual, la persona no sólo carece de deseo sexual, sino que también puede encontrar el sexo repugnante, repulsivo y desagradable.
Algunas veces, más que presentarse un deseo inhibido, puede existir simplemente una discrepancia en los niveles de interés sexual entre los dos miembros de la pareja, quienes poseen niveles de interés dentro del límite normal.
A veces alguien puede afirmar que su pareja presenta deseo sexual inhibido cuando, en realidad, la misma persona puede tener un deseo sexual hiperactivo y ser muy exigente sexualmente.
Causas, incidencia y factores de riesgo
El deseo sexual inhibido es una disfunción sexual muy común. Las causas más comunes parecen ser los problemas de relación, en donde uno de los miembros de la pareja no se siente emocionalmente íntimo o cercano a su compañero. Entre los factores comunes se encuentran: problemas de comunicación, falta de afecto que no está asociada con la continuidad en la relación sexual, pugnas y conflictos fuertes y la falta de tiempo para que la pareja pueda estar a solas. Por otra parte, el deseo sexual inhibido también se puede asociar con una educación sexual muy restringida, actitudes negativas hacia el sexo o experiencias sexuales traumáticas o negativas (como violación, incesto o abuso sexual).
Comúnmente los factores dominantes son insomnio o períodos inadecuados de sueño que ocasionan fatiga. Esta disfunción también puede estar asociada con otras disfunciones sexuales y algunas veces puede ser causada por éstas. Por ejemplo, la mujer que no es capaz de tener un orgasmo o que presenta dolor en el acto sexual, o el hombre que tiene problemas de erección (impotencia) o eyaculación retardada, puede perder interés en el sexo porque comúnmente está asociado con fracaso o con una actividad no muy placentera.
Se encuentran en particular riesgo de deseo sexual inhibido las personas que fueron víctimas de abuso sexual o violación en la infancia y las personas cuyos matrimonios carecen de intimidad emocional.
Síntomas
Falta de interés sexual
Signos y exámenes
Con frecuencia la evaluación médica y los exámenes de laboratorio no revelan una causa física. Sin embargo, se recomienda verificar los niveles de testosterona (la hormona responsable de originar el deseo sexual) tanto en los hombres como en las mujeres, particularmente en aquellos hombres que presentan deseo sexual inhibido. El examen se realiza mediante una muestra de sangre que debe obtenerse antes de las 10:00 a.m., momento en el cual los niveles de hormonas masculinas se encuentran en su punto más alto. Es probable que la entrevista con un especialista en terapia sexual revele las posibles causas.
Tratamiento
El tratamiento se debe orientar en forma individual hacia los factores que pueden inhibir el interés sexual. Con frecuencia pueden existir diversos factores. Algunas parejas necesitarán mejorar su relación o terapia de pareja antes de centrarse directamente en el aumento de la actividad sexual. Algunas veces la disminución del interés sexual es una de las pocas áreas en donde, alguien que se siente dominado en casi todas las otras áreas del matrimonio, puede todavía ejercer control. Algunas parejas necesitarán un poco de instrucción sobre el desarrollo de destrezas en la resolución de conflictos y requerirán ayuda para resolver las diferencias en aquellas áreas no relacionadas con el sexo. Para fomentar el deseo sexual se debe hablar de los sentimientos, mostrar empatía en el entendimiento, resolver las diferencias de tal forma que refleje sensibilidad y respeto por los sentimientos de ambas partes, aprender cómo expresar la ira de manera constructiva y reservar el tiempo para las actividades de la pareja, el afecto y la comunicación.
Muchas parejas también necesitarán concentrarse directamente en la relación sexual, donde a través de la educación y las tareas de pareja puedan desarrollar la variedad y el tiempo dedicados a la actividad sexual.
Es posible que algunas parejas necesiten concentrarse en las formas de poder acercarse sexualmente a la otra persona de una manera más interesante y conveniente y en cómo rehusar una invitación sexual de una forma suave y discreta. Pero cuando los problemas en la excitación sexual o en la realización del acto sexual son factores que disminuyen la líbido, se deben tratar estas disfunciones sexuales de manera directa.
Expectativas (pronóstico)
Los trastornos de deseo sexual son con frecuencia los problemas sexuales más difíciles de tratar, en especial si se presentan en los hombres. Por lo tanto, se debe buscar asesoría de un especialista en sexo y terapia marital.
Complicaciones
Cuando ambas personas presentan un bajo deseo sexual, el tema del nivel de interés sexual no será problemático en la relación; sin embargo, el bajo deseo sexual puede ser un barómetro de la salud emocional de la relación. En otros casos en los que existe una relación excelente y amorosa, el bajo deseo sexual puede hacer que una persona se sienta herida y rechazada de manera repetida, lo que lleva finalmente a sentimientos de resentimiento y fomenta un distanciamiento emocional final.
Prevención
Una forma importante de prevenir la presencia del deseo sexual inhibido es reservar tiempo para la intimidad no sexual con su pareja, ya que las parejas que semanalmente reservan tiempo para hablar, salir solos a alguna parte y sin los hijos, mantendrán una relación más estrecha y es más probable que sientan interés sexual. Las parejas también deben separar el sexo del afecto, de tal manera que ninguno sienta temor a ser cariñoso constantemente, temiendo que ello sea interpretado como una invitación a tener un contacto sexual.
Para fomentar el acercamiento es recomendable leer libros, tomar cursos acerca de la comunicación de pareja o leer libros sobre masajes. Para algunas personas, la lectura de novelas o ver películas con contenido sexual o romántico les puede ayudar a fomentar el deseo sexual. Muchas parejas dejan el sexo como una actividad a realizar tarde en la noche. El reservar un "tiempo crucial" de manera regular antes de sucumbir al agotamiento, tanto para hablar como para la intimidad sexual, estimulará la cercanía y el deseo sexual.
Viernes, 19 de junio de 2009