Corrientes (14-11-20): Hubo fiesta clandestina y el movimiento de gente no mermó. El comercio plantea objeciones y pide cambios. Fuerte debate en la comunidad. El regreso a la Fase 3 que contempla un puñado de restricciones moderadas para tres localidades y que se extenderá por apenas diez días, hasta el domingo 22 de noviembre, para intentar frenar el avance de la pandemia de coronavirus, generó un estado deliberativo en la sociedad respecto no sólo de la efectividad de las medidas sino también sobre la discrecionalidad de algunas condiciones establecidas.
Impensadamente el plan del Gobierno provincial quedó bajo un fuego cruzado de opiniones, al tiempo que comienzan a registrarse algunas conductas que resaltan una pertinaz desobediencia social que conspira contra las instrucciones sanitarias.
La madrugada del viernes, con la nueva Fase ya en vigencia, la Policía de Corrientes tuvo que intervenir para desactivar una fiesta clandestina en una quinta ubicada en inmediaciones de la Ruta Provincial 5, en la periferia de esta capital. Los partes oficiosos dicen que eran casi 30 personas, a puro baile y con algo de alcohol. No es la primera y seguramente no será la última, pero en este caso vino a refrendar la sensación de que el carrusel que se puso en marcha llevará trabajo detenerlo.
Ayer, en la mañana siguiente a los anuncios oficiales, el microcentro tuvo el movimiento de cualquier jornada. Mucha gente haciendo lo suyo, con barbijo pero contraviniendo el distanciamiento aconsejable. La movilidad no mermó. En las tiendas se acumulan quejas por el horario corrido y varios ya avisaron que no lo piensan respetar. A caballo de esta situación, la Cámara de Comercio (Apicc) hizo un planteo concreto al gobernador Gustavo Valdés: pide dar marcha atrás con esta medida (ver página 5).
El sector mercantil, sobre todo el minorista y los tenderos de la Peatonal, sienten que son los únicos que hacen el sacrificio y no disimulan los gestos de reprobación.
Así las cosas, el gobernador Gustavo Valdés parece enfrentar el primer desafío serio de su gestión, en este contexto de pandemia.
“Tomamos las medidas necesarias, ahora hay que esperar los resultados de nuestro comportamiento”, dijo ayer Valdés cuando le preguntaron en una radio sobre el plan que está en marcha para contener la pandemia en Capital y otras dos localidades. El mandatario ofreció números de las proyecciones del cuadro epidemiológico y también abundó en explicaciones con citas futboleras del tipo “es el momento de parar la pelota”. De sus declaraciones se desprenden al menos dos conceptos centrales: 1) ha depositado su confianza en que la sociedad cumpla; 2) considera que con 10 días es suficiente para frenar la ola de contagios.Ninguna de esas dos ideas ha mostrado resultado hasta el presente, todo lo contrario. El desbarajuste epidemiológico es producto, justamente, del incumplimiento de la sociedad (léase irresponsabilidad sanitaria) en medio de la apertura indiscriminada de actividades. Y segundo, no hay antecedentes comprobables de que en solamente diez días se pueda cortar una cadena de contagios. Lo auspicioso es que el gobernador Valdés dice estar dispuesto a endurecer las restricciones si el esquema no da los resultados.s
. La orden es levantar a aquellos que no justifiquen su presencia en la calle luego de la hora 0.00”, afirmó
Sábado, 14 de noviembre de 2020