El domingo pasado nos despertamos con una lamentable noticia, un joven fue atacado por otros propinándole una golpiza supuestamente con un elemento contundente que le provocó hundimiento de cráneo y su derivación a Corrientes para su atención. En el medio de este vergonzante hecho se mezclaron cuestiones políticas, judiciales y sociales, pretendiendo justificar lo injustificable. ¿Que nos esta Pasando?
Mucho se informó sobre el hecho en donde Marcos Obregón, hijo del conocido empresario Carlos Obregón, fuera agredido por varios jóvenes, entre ellos un menor de edad quien conducía la camioneta Land Rover involucrada en el hecho, hijo de un conocido penalista del foro local Jorge Olivera, pero estos hechos hay que analizarlos, no tan solo dar los fríos datos informativos.
Ante hechos de esta naturaleza se espera que se actúe con la seriedad y responsabilidad correspondientes por parte de los involucrados y por sus padres, al ser estos personas conocidas en el medio, pero llamativamente mientras Obregón se encuentra en Corrientes viendo la evolución de su hijo Marcos, por un medio local se reclamaba las palabras del Dr. Olivera, padre del supuestamente principal involucrado, quien por medio de una nota se refería al hecho, pero sin mostrar remordimiento alguno por lo sucedido, sino tan solo manifestando que no habría habido elemento contundente alguno, aunque Marcos presenta hundimiento de cráneo compatible con un golpe supuestamente infringido por un elemento similar a un palo o hierro, aducía además Olivera que no fue un ataque de una patota, sino que eran tan solo cuatro personas, agregando que no daba mas detalles dejando todo en manos de la justicia quien en definitiva será la que investigará los hechos. Nada sobre asumir algún tipo de responsabilidad.
Evidentemente la pluma jurídica del abogado y la lógica intención de todo padre de defender a sus hijos, puede lograr argumentos válidos en algún momento, cabe destacar que Olivera es un abogado penalista, y dicen que de los buenos, además es defensor de los derechos humanos y lleva varias causas en este sentido, pero como buen abogado que es sabe perfectamente que los casos no se dejan en manos de la justicia, sino en manos de hombres que aplican e interpretan la ley, y también sabe perfectamente que “aplicar la fría letra de la ley no significa que se haga justicia”, como penalista el bien lo sabe, además cabe destacar por si alguien no lo tiene bien en claro que el “principal derecho humano es el derecho a la vida”, y agredir a alguien hasta dejarlo inconciente no es justamente respetar ese derecho.
www.surcorrentino.com.ar accedió a información en la que la carátula de la causa, que en un principio sería por lesiones graves, cambiaría o ya cambió a intento de homicidio, con lo cual cambiaría substancialmente la misma, y ahí si la interpretación de la ley debería hacer justicia, y determinar las responsabilidades de todos los involucrados y que los mismos se hagan finalmente responsables de sus hechos.
Pero la preocupación en estos momentos es con la recuperación de la salud del herido y el tratamiento de las personas que generan este tipo de grescas, que no es el único caso que sucede en esta ciudad, todos los fines de semana existen peleas, apuñalados, patotas contra patotas, que no tiene la relevancia que tuvo este por los apellidos de los involucrados, pero sucede algo recurrente en Paso de los Libres, la portación de apellido parece ser un elemento que muchos jóvenes usan para hacer cualquier cosa, desde una infracción de tránsito, hasta una agresión con este tipo de características, y lo mas grave de todo esto es que muchas veces actúan de esa forma con la complicidad de los padres que suponen que por su actividad profesional, política o social se les esta permitido cosas que a los ciudadanos comunes no.
Estamos en una sociedad en que cada vez son mas marcadas las diferencias sociales, hay hijos y entenados, hay ricos y pobres, hay instruídos y analfabetos, hay lamentablemente gente que cree que esta por encima de esa justicia que el Dr. Olivera dice que tiene que entender en este suceso, y Dios quiera lo haga y que la aplicación de la Ley sea verdaderamente justicia, por el bien de la salud física y psicológica de todos los involucrados, y que este caso sea finalmente, como dijimos muchas veces, el último que tengamos que lamentar.
Jueves, 16 de julio de 2009