Existen muchas técnicas, posiciones y variantes dentro de esta actividad sexual. Ninguna fórmula por sí misma es mejor que otra, ya que el placer depende de las necesidades y de las respuestas de las propias personas. A continuación se describen las posiciones más utilizadas para llevar a cabo la penetración vaginal, éstas no son las únicas que existen, ya que la variación es tanta como personas las practiquen.


Las posturas del amor

Postura: varón encima de la mujer

Esta posición también denominada “del misionero” es la más generalizada en la cultura occidental y la más observada en los medios de comunicación y las películas.

En esta posición la mujer se tumba de espaldas, con las piernas extendidas y abiertas y el varón se sitúa encima de ella para realizar la penetración. Permite introducir el pene con cierta facilidad y posibilita el contacto visual, el diálogo íntimo, los besos y las caricias durante ella. Además es la que ofrece mayores posibilidades de lograr un embarazo, ya que el semen tras la eyaculación se deposita en un punto de la vagina cercano a la boca del cervix.

Como variación y para facilitar la penetración, modificar la posición de la pelvis e incrementar el contacto genital levantando la mujer las piernas al aire, enlazándolas en las caderas del compañero o incluso apoyándolas sobre los hombros.

Esta postura a pesar de ser la más utilizada, presenta ciertas desventajas, ya que el varón realiza la mayor parte del ejercicio físico y tiene casi el control exclusivo sobre el ritmo y los movimientos, dejando poca movilidad a la mujer, y haciéndose difícil tanto para él como para ella la estimulación manual del clítoris y los movimientos de la pelvis de la mujer.

Es importante que el varón no se apoye excesivamente sobre el pecho de la mujer, sobre todo si es mucho más corpulento que ella, porque su peso puede ser molesto y puede dificultar su respiración. No es recomendable a partir del sexto mes de embarazo porque puede ejercer excesiva presión sobre el vientre de la mujer.

Postura: mujer encima del varón

La mujer se sienta sobre el compañero con el cuerpo bastante erguido o bien se acomoda boca abajo tendida sobre él. Esta posición favorece la estimulación visual, teniendo ambos libertad para acariciar y estimular el clítoris y gran parte del cuerpo. Aunque hay que tener en cuenta que algunos varones pueden experimentar cierta dificultad para el movimiento de empuje pélvico en esta postura.

En esta postura la mujer desempeña un papel más activo en el control de los movimientos, del ritmo y de las sensaciones que provoca y recibe.

Es la más adecuada para las últimas fases del embarazo ya que la presión sobre el vientre se reduce al mínimo.

Al utilizar esta posición es importante introducir el pene en la vagina procurando que se mantenga en un ángulo de 45 a 60 grados, orientado en dirección a la cabeza del varón, para evitar pinzamientos molestos, a modo práctico basta con que la mujer se introduzca el pene dejándose resbalar hacia atrás.

Postura: penetración vaginal desde atrás

En las posiciones de penetración desde atrás, se introduce el pene en la vagina de la mujer hallándose él a su espalda.

Algunas variantes de esta postura son:

-“Posición de cuchara”, echados de costado, poniéndose él de cara a la espalda de ella.
-La mujer tumbada boca abajo y alzando las caderas ayudándose de una almohada.
-“Estilo perro”, la mujer se sostiene sobre sus manos y sus rodillas durante la penetración.
-Estando la mujer de pie o sentada encima.

En la mayoría de estas posturas la mujer necesita levantar su pelvis bastante para que se pueda tener acceso a la vagina. Los movimientos de penetración estimulan el músculo pubocoxígeo que produce altísimos niveles de placer en la mujer. La postura permite la estimulación manual del clítoris y no ejerce mayor presión sobre el cuerpo por lo que puede ser indicada en las últimas etapas del embarazo.

Postura: de lado, cara a cara

Los dos miembros de la pareja se encuentran cara a cara, tumbados sobre el costado. Se trata de una posición muy relajada que permite los besos y las caricias en gran parte del cuerpo ya que ambos tienen una mano libre, sin embargo se puede producir el relativo aplastamiento de la pierna de la mujer que ha de colocarse flexionada bajo el cuerpo de la pareja.

La desventaja de esta posición es la dificultad para mantener el pene en la vagina, además resultan difíciles los movimientos pélvicos profundos.

Viernes, 24 de julio de 2009