La iluminación juega un importante papel en la puesta en escena del sexo. Ya lo decía una vieja canción: "Y todo a media luz… qué suave terciopelo, a media luz de amor". Las discotecas y pubs suavizan sus luces y les dan un cálido tono que hace las figuras más sugerentes. Sin embargo, no todos los amantes se ponen de acuerdo en el grado de intensidad lumínica ideal para envolver su pasión.
Algunas personas son partidarias de la oscuridad extrema, les pone muchísimo el encuentro de los cuerpos a ciegas. Es verdad que al privarnos del sentido de la vista, los sentidos del olfato, el tacto, el gusto y el oído se agudizan. Además, la oscuridad siempre tiene algo de transgresor y morboso. Por otro lado tiene la ventaja de que la oscuridad facilita la desinhibición y puede hacer que nos sintamos más libres. Uno de los pacientes decía que era apagar la luz y ponerse como una moto, que le parecía que la penetración y las sensaciones eran como más intensas. Otra de las ventajas es que no hay que preocuparse por aquellos kilos de más, por la celulitis o aquel granito antiestético.
A otros les gusta la luz, hasta el extremo de que incluso inclinan sus preferencias por la luz diurna, les gusta la luz natural. Aunque una de las personas que nos hablaba de esta preferencia la asociaba al hecho de mantener la ventana abierta, por lo que no es fácil saber si le gustaba la luz o le ponía saber que los vecinos podían ser silenciosos testigos de su pasión.
A la mayoría les gusta hacerlo con luz, aunque muchos dejan encendida la luz del baño o del pasillo, de manera que la habitación queda a media luz; también hay quien utiliza para estos fines la tele encendida. Los más sibaritas utilizan velas y pañuelos. Mucho cuidado con esta práctica, el resultado es fantástico, pero hay que tomar las medidas oportunas. Recordamos el caso de una pareja que con un pañuelo de tonos cálidos conseguía una sugerente luz, hasta que un día el pañuelo, que estaba muy cerca de la bombilla de la lámpara, se prendió fuego, dándoles un gran susto; menos mal que estaban en plena acción y todavía no se habían dormido, porque podría haber tenido graves consecuencias. Así que la media luz crea un escenario fantástico, pero cuidado con los incendios, las velas hay que situarlas en lugar seguro y apagarlas antes de dormir.
El sexo con luz también tiene ventajas, sobre todo con luz cálida y tenue: las imágenes desempeñan un importante papel en la excitación, especialmente la masculina. Con la luz se pueden interpretar los signos del placer en la cara y el cuerpo de la pareja y eso pone mucho. No hay nada más excitante que ver disfrutar a la pareja.
Como vemos, en cuanto a las preferencias de iluminación, todas las opciones tienen ventajas, por eso no hay nada mejor que la variedad. A los que siempre lo hacen a oscuras les diríamos que prueben a media luz; y a los partidarios de la luz, que exploren la intensidad de las tinieblas. Romper la rutina es una buena receta para darle un poquito de marcha a nuestra vida sexual.
Jueves, 30 de julio de 2009