Diego Mosquera, secretario privado del Gobernador correntino, Arturo Colombi, fue detenido y está acusado de enriquecimiento ilícito a solo 18 días de la elección para gobernador, pero hay un dato que revela lo impactante del tema: la "cuenta sueldo" de Mosquera en el Banco de Corrientes tenía un saldo de 2.260.000 pesos. Los abogados defensores habían dichos que existía una equivocación des sistema de corrimiento de comas y ceros.
El "buen momento" del funcionario era extensivo a su esposa, Verónica Brets, cuya caja de ahorro también atravesaba un momento envidiable: acumulaba 1.448.000 pesos.
Mosquera fue trasladado por personal policial a la Fiscalía de Instrucción Número II, a cargo del doctor Buenaventura Duarte. Tras su traslado a la Estación de Bomberos por calle 3 de Abril y Santa Fe, el fiscal de la causa explicó que el funcionario había sido arrestado por las acusaciones de peculado y fraude a la administración pública.
Abogados de Mosquera presentaron un pedido de eximición que fue rechazado por la Jueza Agrasso de Caballero. La esposa de Mosquera quedó imputada en la causa como cómplice primaria, pero no fue detenida. Las penas que se preven por las causas que se le tipifican van de 2 a 25 años de prisión.
Brets había declarado ayer ante la jueza y el fiscal, acompañado por abogados que plantearon diversas nulidades a la investigación. Además de Mosquera, la causa apunta a directivos del Banco de Corrientes SA, acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento.
La causa contra Mosquera se inició meses atrás, cuando inspectores de la Administración federal de Ingresos Públicos, AFIP, detectaron que en el Banco de Corrientes SA las cuentas de caja de ahorro de Mosquera y su esposa guardaban una gran cantidad de dinero: $2.602.259 la de Mosquera, y $1.448.893 la de su esposa.
Solo en el último año, Mosquera había realizado gastos en el último año por una cifra superior al millón de pesos con su tarjeta de débito y había adquirido varias propiedades, una de las cuales remodeló para convertirla en su vivienda permanente. También contaba con dos vehículos importados entre sus bienes.
En definitiva, ni los gastos, ni los depósitos se compadecían con los ingresos del matrimonio que, en conjunto no superan los 8.000 pesos. Esto originó una investigación judicial durante la cual los inspectores de la AFIP no sólo ratificaron sus dichos sino que además aportaron la documentación correspondiente.
La repuesta de Mosquera, del Gobierno de Colombi y del Frente de Todos, fue la habitual de este tipo de casos: que se trataba de una "maniobra política" maniobra para perjudicar al sector, e intentaron una explicación desopilante: dijeron que por "un error de sistema" se habían corrido las comas de las cifras reales depositadas. El fenómeno era puntual, ninguna otra cuenta había sufrido el mismo "problema".
El mismo presidente del Banco de Corrientes SA, Orlando Costaguta, (empleado de Colombi al fin de cuentas) firmó un documento ratificando esa teoría y lo presentó ante la Justicia. Ese documento llevaría al banquillo de los acusados también a Costaguta, ya que posteriores auditorias del Banco Central determinaron que la información correcta era la de los técnicos de la AFIP con los saldos millonarios.
Es más: la auditoría del Banco Central determinó que tras la denuncia de los inspectores de la AFIP, "alguien”, fuera del horario bancario y con una clave específica de la entidad crediticia provincial, ingresó a las cuentas a nombre del matrimonio Mosquera y redujo los saldos de las cifras allí depositadas.
La maniobra fue grabada por los registros informáticos y eso fue detectado por los auditores del Banco Central, que puso en la mira no sólo al funcionario que realizó el "achique", sino también al gerente de Sistemas de la entidad, Germán Abdala, y todo el directorio del Banco.
Para agregar más suspicacias al caso, el gerente general del Corrientes, Orlando Sosa, fue obligado a renunciar, aunque fue indemnizado con $500.000 y viajó de inmediato a Estados Unidos.
Miércoles, 26 de agosto de 2009