Paso de los Libres (25-1-23): Este artículo de opinión fue publicado en el año 2016, hace ya largos 7 años y refleja claramente la visión que permanece latente en una parte de los argentinos, nada ha cambiado en estos años, al contrario, se sigue profundizando ese resentimiento. En estos tiempos de vicisitudes sociales y políticas muy a menudo se usa el término “resentido”, básicamente para catalogar a alguien que piensa diferente o que emite opiniones que no son del agrado del receptor, pero debemos adentrarnos un poco en los hechos para saber quién es realmente el RESENTIDO ¿el que emite la opinión o aquel que no la acepta?. Ante todo, debemos asumir que quien no acepta la opinión de otro demuestra claramente un resentimiento manifiesto hacia todo lo que no sea de su agrado, una suerte de intolerancia y discriminación hacia los demás, hacia el otro.
Generalmente el RESENTIDO es una persona que supone que es mejor que el común de sus pares, que es mejor que la mayoría de las personas y que pertenece a una suerte de exclusiva selección de personajes locales, lo que en la mayoría de las veces solo demuestra una falta de aceptación por lo que se es y no por lo que se tiene.
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El RESENTIDO, que por circunstancias de la vida se encuentra en una situación social o económica mejor que el común de la gente, cree que por ello es superior a quienes están por debajo de sus valores sociales y económicos, reproduce en su interior una fuerte discriminación hacia todo lo que se encuentra por debajo de sus parámetros, sin entender por cierto que para ser una buena persona basta solamente eso, ser buena, independientemente de lo que tenga, puesto que los valores humanos no se cuentan ni en pesos, ni en escalas sociales.
Un RESENTIDO por cierto no necesariamente es aquel que critica alguna situación sino que generalmente es aquel que no acepta que alguien lo critique, independientemente que se tenga o no razón, esa bronca, ese odio deviene en la mayoría de los casos en personas que a pesar de tener bienes materiales no logran la consideración popular, están en algún lugar por lo que tienen y no por lo que son y es por dicha razón que cualquier expresión, apunte, critica o lo que sea que no es de su agrado es considerado como una afrenta.
El RESENTIDO ante cualquier situación esgrime indefectiblemente la adjetivación de que todos son unos VAGOS, que actúan por ENVIDIA e inmediatamente lo califican de RESENTIDO, y es necesario preguntarse ¿es posible que muchas personas envidien la posición social y económica de otra persona?, en algunos casos puede ser que hayan personas que consideren que la vida no les fue justa porque no les brindó una mejor situación, pero en la mayoría de los casos las personas TRABAJAN para mejorar su situación sin estar pensando en ser como alguien determinado.
El RESENTIDO se maneja dentro de la fina línea de la HIPOCRESÍA al descalificar permanentemente, para sus adentros o expresándolo dentro de su círculo más íntimo ya que muy pocas veces se animan a hacerlo en público, a quienes están, desde su punto de vista, por debajo de sus parámetros sociales, es así que se asume como el mejor TRABAJADOR y que desde su atril virtual puede mandar a otros a TRABAJAR como si solamente lo valedero fuera su trabajo, descalificando los trabajos de otros. Para graficar más aún la HIPOCRESIA con que se manejan esos RESENTIDOS a modo de ejemplo podemos citar una situación, y se remarca que es solamente a modo de ejemplo, están aquellos RESENTIDOS que critican y tildan de vagos a quienes reciben la Asignación por Hijos, critican y denostan a quienes se pudieron jubilar por la moratoria, a quienes reciben la ayuda para estudiar, en fin critican y califican al estado como un generador de vagos, hasta ahí todo bien cada uno tiene su pensamiento y es respetable, pero la actitud HIPÓCRITA viene después cuando aceptan ese dinero de parte de los beneficiarios de planes o jubilados sin efectuar cuestionamiento alguno. En resumen antes de entrar a un determinado comercio son VAGOS – INÚTILES QUE VIVEN DEL ESTADO, cuando ingresan pasan a ser clientes respetables y cuando salen después de dejar el criticado dinero vuelven a ser VAGOS BUENOS PARA NADA. Algún RESENTIDO puede interpretar que este ejemplo se enmarca dentro de un POPULISMO BARATO pero nadie puede negar que es una realidad.
El RESENTIDO, además de sentirse que está por encima del común de la gente, carece, en muchos casos no en todos, de conciencia social, asume que brindar una ayuda a quienes menos tienen o que lo necesitan es una actitud destacable cuando ciertamente la caridad bien entendida no pasa por ahí, ya que es mucho más meritorio aquella persona humilde, con necesidades, que ayuda a otra con sus pocos medios con un estricto criterio social, que aquel que le sobra y ayuda en la misma medida pero que no cuesta absolutamente nada y muchas veces lo publicita.
Definitivamente el lector, luego de las humildes reflexiones de este escriba, podrá encontrar alguna ayuda para determinar quiénes son los RESENTIDOS que lo rodean, aquel que critica con justicia alguna actitud que perjudica a parte o al conjunto de la comunidad o aquel que no acepta dichas críticas amparándose en un concepto economicista muy cuestionado ya que, ante cualquier inconveniente, en el caso de quienes tengan alguna empresa, los ajustes se dan con el personal y no en la rentabilidad.
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Miércoles, 25 de enero de 2023