Por Alejandra Dandan
El gobernador respondió las preguntas de los fiscales por escrito. Pese a que González Moreno le manejaba la comunicación oficial, aseguró que no eran amigos. Habló de una persona de la SIDE que supuestamente lo amenazaba.
Página 12
Escueto y en apenas carilla y media el gobernador Arturo Colombi respondió las 17 preguntas de la declaración testimonial por la muerte de Hernán González Moreno. Pese a las imágenes que lo muestran como compañero de tragos, Colombi dijo que “no era amigo” del jefe de la agencia de noticias del gobierno y sólo mantenía una relación “institucional”. Aseguró que no había notado “ni la presencia ni la ausencia” del empresario en el cierre de campaña a pesar de que había dicho lo contrario. Y explicó, en lo que parece el dato más inquietante, que habló con González Moreno la noche de la muerte y que el empresario le dijo que una persona –que también mencionaron en su declaración los funcionarios correntinos José Luis “Billy” Zampa y José Geraldi– lo estaba amenazando. Se trata de un tal “Gitano”, según dijo, a quien en sus declaraciones vinculan a la SIDE. En tanto, la hipótesis de un “arma sicaria” empieza a dar vueltas.
Arturo Colombi conocía a Hernán González Moreno padre, porque eran vecinos de Mercedes. Hacía dos años, por lo menos, González Moreno hijo había empezado a trabajar para el gobierno. Era apoderado de Negocios Correntinos SA, un emprendimiento privado que servía de agencia oficial de noticias y que realizó las últimas dos campañas electorales. Por sus manos pasaban las autorizaciones de la pauta de publicidad.
Pero nada de esto aparece en la declaración del gobernador. Colombi reconoció al empresario como “apoderado” de la empresa Negocios Correntinos y explicó que no tenía una amistad con él sino una relación “institucional”. Cuando los fiscales preguntaron si notó la “presencia o ausencia” de González Moreno en el acto de Laguna Seca del cierre de campaña –horas antes de la muerte–, Colombi respondió simplemente que no advirtió la ausencia.
“¿Cómo puede ser?”, protesta un investigador. “González Moreno no era un puntero cualquiera que venía del barrio de la Paz, era uno de los tipos que le manejaba todo ese circo.”
Las respuestas continuaron. Colombi, declaró, vio a González Moreno por última vez a las 15.30 de ese mismo jueves 1º de octubre y “sólo hablamos de las encuestas, no lo vi preocupado”. Sin embargo, también su novia Yanina Monferrer dijo que a esa hora lo vio por última vez. No dijo que no lo vio preocupado. Contó que le dijo: “Chau rubia, cuidate”.
Colombi habló también de la comunicación telefónica con González Moreno. Confirmó, tal como se sabía, que hablaron esa misma noche alrededor de las 23.30. Le habría dicho: “Me quebraron, estoy amenazado yo, está amenazada mi familia”. Lo escuchó “acorralado”, indicó y aseguró que le dijo que quien lo amenazaba era “el Gitano”. Colombi no dio más detalles sobre el sujeto. Pero el nombre apareció por primera vez hace más de una semana con el testimonio del ahora ex director de Información Pública y el jefe de la custodia. Según fuentes de la causa, en manos de los fiscales Buenaventura Duarte, Guillermo Barri y Alejandro Chain, los dos lo invocaron de modo indirecto. Dijeron que el gobernador les contó que González Moreno le advirtió que era “el Gitano, de la Side”. Un dato que a la vez puede desviar la responsabilidad fuera de Corrientes.
El gobernador confirmó además que mandó a Zampa y a la custodia a buscarlo en ese momento. Los datos coinciden casi textualmente con la primera versión de la muerte que divulgó el gobierno de Corrientes antes del ballottage. Refuerza la hipótesis del suicidio y confirma los testimonios de las amenazas en un escenario donde, sin embargo, algunos elementos empezaron a mostrar que la causa puede cambiar de rumbo.
Uno es el arma. La Colt 1911 calibre 45 que estaba en el Toyota Camry negro puede ser un “arma sicaria”. En el allanamiento a la casa del empresario, encontraron una pistola del mismo calibre, una Tanfoglio italiana, considerada una de las mejores del mundo. Y en junio había comprado una Glock 9 mm. Un fiscal se preguntaba por qué alguien que se va a matar va a usar un arma como esa Colt tan vieja teniendo dos de los mejores modelos. Pero en este caso el equipo de fiscales parece dividido. A una radio porteña, el fiscal Barri aseguró ayer que la Colt 45 podría ser de González Moreno.
Miércoles, 21 de octubre de 2009