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Política Opinión
Milei en zona de turbulencias con Macri expectante y una oposición sin brújula
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Domingo, 7 de enero de 2024

Bs. As. (7-1-24): El Gobierno se enfrentó a fallos adversos, límites políticos y ruidos internos en la semana que marcó el fin de la primavera libertaria. Milei mantiene la centralidad aunque se prepara una tormenta que pegará en los bolsillos. La postura de Macri y la discusión en el peronismo sobre cómo enfrentar al libertario. La grieta dentro del continente opositor y los primeros sacudones con los dólares. Una reunión de Mondino que puede tener derivaciones.

Pablo Ibáñez
@ibanezsoy

Nicolás Posse invitó, el viernes por la mañana, a Guillermo Francos a su despacho del primer piso de Casa Rosada, la oficina pegada al despacho presidencial. Se conocen desde hace quince años y entornan hace meses a Javier Milei pero estos días se los invocó como protagonistas de una interna libertaria. Posse dejó filtrar el encuentro con el propósito, implícito, de desmentir la existencia de chispazos entre las dos terminales políticas del Presidente. Los funcionarios se mofaron, se contó en Casa Rosada, de las versiones sobre la pelea entre el jefe de Gabinete y el ministro del Interior.

Los destinatarios del mensaje eran claros. En el mundo Milei deslizan que las versiones de crisis domésticas tienen varias usinas: señalan al PRO, muy específicamente a Mauricio Macri, e invocan a sectores de la oposición no K que se imaginaron como dadores de gobernabilidad pero que, en la práctica, se enfrentan a la encerrona que les tendió el Presidente. Por un lado, la cerrazón libertaria a la hora de negociar; por el otro la incomodidad de quedar en un pelotón opositor que los ponga junto a lo que menos quieren: el peronismo K.

Distintos, Posse y Francos tienen roles diferentes en el ecosistema Milei. El jefe de Gabinete opera como guardián de la pureza libertaria y Francos funciona como una ventanilla de quejas, el fronting de las críticas y reproches de gobernadores y dirigentes. Sus acciones, en el mercado de valores de la política, venían bullish pero se amesetaron: en las semanas que vienen se pondrá a prueba si, además de escuchar –que es lo que hizo hasta ahora–, el ministro del Interior tiene poder de fuego para garantizar que Milei atienda parte de las objeciones.

Turbulencias
Los rumores de la interna Posse-Francos, fervorosamente desmentidos en Casa Rosada, coinciden con los primeros tropiezos del Gobierno que tuvieron una derivación: la versión extrema de la reforma de Milei entró en zona de turbulencias. El plan A, su formato dogmático y estructural, chocó con objeciones en la Justicia y se topó con un scrum político. El doble impacto ralentizó la velocidad que el Presidente tenía en su hoja de ruta y derivó en un puñado de señales que parecen ponerle fin, a 25 días de su jura, a la primavera libertaria.

Nada, de todos modos, es definitivo: Milei está en el centro del ring y domina un sistema político en estado de shock. En la oposición, desde la UCR al cristinismo, hay una percepción general de que están frente a un gobierno improvisado y sin empatía. Es alta y habitual la subestimación hacia el libertario y su equipo. Federico Sturzenegger es el epicentro de todas las quejas. En el peronismo federal, el bloque que conduce Miguel Pichetto, apuntan al ideólogo de la mega reforma. Es un atajo para no romper puentes con Milei.

“Le pegan al entorno porque quieren formar parte del entorno, de otro entorno”, dice un funcionario que ve en la metralla sobre Sturzenneger y en los rumores de la interna Posse-Francos el objetivo preciso de debilitar al presidente para que se vuelva esencial que el bloque opositor no K sea determinante para la gobernabilidad. La especulación más extrema, casi de Netflix, refiere a Macri y a la presunción de que se dice convencido del inevitable colapso del Gobierno y una, igual de inevitable, convocatoria de Milei al expresidente para que lo ayude y sostenga.

La hipótesis coincide con la advertencia que hizo, hace tiempo, un dirigente libertario cuando leyó que la decisión de Patricia Bullrich de aceptar ser ministra de Seguridad respondía a la lógica de que el primer gabinete de Milei sería un gabinete de transición. “Patricia cree que si hay crisis, ella podría tener un mayor protagonismo político”, especularon en LLA. No es un escenario que contemple Milei que ante su entorno elogia a Bullrich de una manera peculiar. “La mejor versión de Patricia es como ministra de Seguridad, la peor versión de Patricia era como candidata presidencial”, ha dicho el Presidente sobre la base de que Bullrich conoce de Seguridad, pero fuera de esa expertise no sabe desempeñarse con destreza. Sus derrapes durante la campaña lo reflejan.

Tropiezos
Además de las disposiciones judiciales, Milei tuvo otros tropiezos en la última semana, ensayos prematuros sobre la situación en el Congreso. No avanzó Boleta Única ni, tampoco, los acuerdos de Doble Imposición con Luxemburgo y Japón. El peronismo no K funcionó como tapón para lo primero y la UCR, más los provinciales, bloquearon lo segundo. Se resquebrajó, en esos dos episodios, la mega mayoría de 39 senadores que se habría armado para rigorear al peronismo K y dejar en claro que el Senado puede funcionar sin negociar con el UxP.

Los convenios con Luxemburgo -que beneficia sobre todo a Techint, pero también alcanza a otras firmas- y con Japón -donde el sujeto más beneficiado es Toyota- producen una merma tributaria que, por tratarse de impuestos coparticipables, afecta a las provincias. Francisco Paoltroni, el senador libertario por Formosa, trató de apurar la sanción y tuvo que desistir. La realidad impone límites más allá de los deseos. Se afirma, además, que Luis “Toto” Caputo, quisquilloso con lograr la baja del déficit, no está del todo de acuerdo con los convenios que suponen una baja en la recaudación.

No es el único ruido que afecta a Caputo que intenta, casi en soledad, mejorar la predisposición de Milei respecto al gobierno chino. En medio, trascendió que la canciller Diana Mondino habría recibido, el 26 de diciembre en Cancillería, a la Representante Comercial de Taiwan Miao-hung Hsie. Fue uno de los datos con los que se encontró a su regreso de China, el 4 de enero, el embajador de ese país en Buenos Aires, Wei Wang, que había sido convocado por el gobierno de Xi Jinping para dar un informe sobre el vínculo diplomático con el gobierno de Milei, a quien la prensa oficial china pasó de comparar con Donald Trump a equipararlo con Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania.

Nunca un canciller argentino recibió a funcionarios de Taiwán, país con el que Argentina no tiene relaciones diplomáticas porque, a pesar de los cambios de gobierno, siempre adhirió al principio de una sola China, factor que hizo que aquel país respalde la integridad territorial de Argentina en su demanda por las islas Malvinas. El swap “de uso” quedó congelado a pesar de los intentos de Caputo y el titular del BCRA Santiago Bausili, y la reunión de Mondino aparece como una señal incómoda en el vínculo con el gobierno de Xi que traza una línea roja en los temas referidos a Taiwán. ¿No hubo, desde el mundo diplomático, una sugerencia o indicación a Mondino sobre los eventuales inconvenientes de aquella reunión?

#Peronismos
El dato es que la resistencia de UXP fue, hasta acá, meramente simbólica porque el rechazo en el Congreso a pedidos de Milei se produjo porque actores de otros espacios opositores se opusieron a los planteos libertarios. Ese ejercicio tendrá, desde este martes, un desafío extra en Diputados donde empieza el tratamiento de la ley ómnibus frente a la cual hay una tonelada de objeciones, pero una dificultad política gruesa: salvo el PRO, Milei casi no tiene aliados, pero el resto de la oposición no K rehusa aparecer asociada a UxP.

Milei sabe que puede usufructuar esa grieta y plantear el dilema reforma o kirchnerismo. Este sábado hizo escala en Santa Cruz y se mostró con Claudio Vidal, sindicalista que llegó a gobernador y terminó con 34 años de dominio K de la provincia. “¿Le pudiste ganar a los K? Entonces Santa Cruz puede”, hicieron un mini sketch Milei y Vidal. Es la misma encrucijada que tiene el peronismo, que ve que no solo se puede quedar sin capacidad de bloqueo –con las mayorías eventuales que logra formar Milei– sino que, además, puede funcionar como excusa perfecta para que otros espacios sea complacientes con Milei.

De manera subrepticia, Sergio Massa retroalimentó la tensión peronista en la reunión con la CGT donde consideró apresurado el paro del 24 de enero. Héctor Daer armó un asado y lo sumó al ex candidato que planeó la cuestión de la velocidad de la reacción política con la metáfora del paro y el bombardeo. No tardó en caer sobre Massa la objeción de dialoguista y la acusación de que busca desactivar un conato de protesta contra el Gobierno. Pero el planteo es otro y se parece al que desliza Cristina Kirchner: los límites a Milei se le deben poner en el Congreso, en el terreno legislativo, y el peronismo no puede aparecer como el desestabilizador.

“La crisis va a ocurrir, lo que no puede ocurrir es que el peronismo aparezca como el que desestabiliza a Milei”, le dijo Massa a los sindicalistas y les trasmitió, según detallaron comensales a elDiarioAR,, que eso tendría una derivación indeseada: empujar a Milei a los brazos de Macri. Si, como teorizó Massa en la sobremesa con CGT, la crisis se producirá si o si, el anclaje político del Gobierno solo puede ser Macri que, hasta acá, fue el único dirigente no libertario que a pesar de cierto destrato de Milei, defendió todas y cada una de las medidas de LLA.

Cuándo
En los distintos búnkeres opositores, de Macri a Cristina, de la UCR que preside Martín Lousteau a Massa, hay un diagnóstico común sobre una crisis que tarde o temprano vendrá, pero ante la cual ninguno parece con recursos para hacer demasiado. Hay coincidencia, incluso, sobre el tiempo: la presunción general es que el impacto social, en particular sobre la clase media, se percibirá entre fines de febrero y marzo, y que por eso Milei quiere apurar los plazos de la ley ómnibus, para lograr que se apruebe en enero, al menos, en Diputados.

La crisis se acelera. La semana que pasó, los mercados salieron de la modorra y los dólares financieros se despertaron hasta terminar arriba de los 1.100 pesos. El Gobierno apuesta a encontrar una nueva meseta entre 1000 y 1100 pesos, pero en el mercado algunos analistas estiman que la semana que viene el piso será de 1.200 pesos, con lo cual la brecha cambiaria se acercó al 40% un número muy bajo comparado con los más de 150% del tramo final de la era Massa pero en ascendente aceleración a menos de 20 días de la devaluación de 120% que dispuso Caputo. El BCRA suma dólares, pero mantiene pisado el pago de importaciones lo que explica, en parte, la remontada del CCL. Tampoco resultó seductor el BOPREAL.


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