Bs. As. (6-7-24): Federico Sturzenegger va por su tercera oportunidad en el Estado. Después de fundir al país con Fernando De la Rúa y Mauricio Macri, juró como ministro de Desregulación y Transformación del Estado de Javier Milei.



Cada vez que Sturzenegger tuvo una lapicera cargada al país le fue mal. Mejor dicho: a las mayorías populares les fue mal. La élite que integra y representa se hizo más rica, beneficiada por sus decisiones y acciones de gestión.

En el decreto que lo nombra se describen los términos de su misión. Entre las 27 funciones que se le adjudican se especifica que podrá:

- ”Entender, junto con las áreas competentes, en la formulación, elaboración y ejecución de la política nacional y los proyectos relacionados con la desregulación económica y reforma del Estado”. (Nota de la Redacción -NdR-: Enajenar recursos públicos).

- ”Entender en la simplificación y reducción del Estado, con el objetivo de eliminar tareas innecesarias, duplicadas y/u obsoletas, con la intervención de las áreas competentes”. (NdR: vaciar y atrofiar al Estado).

- “Entender en la elaboración de políticas tendientes a aumentar la competitividad, eliminar cargas burocráticas, facilitar el funcionamiento de los mercados, impulsar el crédito, disminuir regulaciones y controles, aumentar la libertad económica y disminuir los costos del sector privado y productivo, en coordinación con las áreas competentes de la Administración Pública Nacional”. (NdR: Maximizar la renta empresaria).

- “Participar, junto con las áreas con competencia en la materia, en la revisión de esquemas tributarios, exenciones impositivas y regímenes especiales que generen privilegios o distorsiones en el funcionamiento de los mercados y la economía”. (NdR: direccionar beneficios por la vía impositiva).

- “Proponer el dictado de reglamentos para modificar y/o eliminar trámites y normativas que establezcan una carga administrativa excesiva o que incumplan con la política de calidad regulatoria vigente”. (NdR: Revocar la capacidad reguladora del Estado).

Sturzenegger buscará acelerar la transferencia de ingresos en una economía incendiada por las políticas que ya impulsó como compilador de la Ley Bases y el mega DNU. El plan de Estabilización por Inanición desaceleró la dinámica inflacionaria a fuerza de destruir el poder de compra de los ingresos. Las consecuencias se sienten en el derrumbe de las ventas, la inversión y la producción.

El creciente desempleo -que asoma como principal preocupación en las encuestas- no es daño colateral. El plan que encarna Sturzenegger se propone extender la pauperización de los trabajadores para volverla estructural. La foto que exita su pulsión ortodoxa es la que reflejan países como Perú y Chile, donde la macro es un yate de lujo con pocos pasajeros a bordo que flota en un mar de pobreza y desigualdad.

La impunidad de las ocasiones anteriores le da la chance de probar si la tercera es la vencida.

Sábado, 6 de julio de 2024