Jueves, 6 de Marzo de 2025
  
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Política Opinión
El elegido
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Jueves, 6 de marzo de 2025

Paso de los Libres (6-3-25): Martín Ascúa, se inclinó por Miguel Arias, para que represente al Partido Justicialista, como el candidato a intendente. ¿Quién es Miguel Arias? Los motivos de la elección. Las negociaciones con “Tata” Sigillo. La estrategia del oficialismo. Las disyuntivas de Sigillo. La militancia peronista y el temor a la fractura del peronismo como en el 2001.

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Finalmente, el intendente Libreño, Martín Ascúa, decidió que el candidato a intendente del Partido Justicialista, para las próximas elecciones, sea el actual concejal, Miguel Arias.

La determinación, no tomó por sorpresa, ni a propios, ni a extraños.

Arias, de vasta trayectoria en el peronismo, fue Director de Bromatología, allá por 1991, cuando el Justicialismo, de la mano de Fernando Lahoz, recuperó el municipio.

Si bien, no fue un dirigente de la primera línea del PJ, durante los 90, sí fue un militante, que supo acompañar el proceso del peronismo, en esa etapa. Luego vino la derrota del peronismo en el 2001 y un largo tránsito por 16 años, hasta que regresó al poder comunal, en el 2017.

Durante todo este tiempo, Arias, regresó a la actividad privada (de profesión veterinario), pero sin abandonar sus vínculos con el PJ, siguió militando. Formó parte de la Corriente Peronista Federal, junto a Martín Jouliá y Sara Alegre.

En la diáspora del peronismo, y cuando el radical Eduardo “Peteco” Vischi, hegemonizaba la política local, en el año 2013, y en el marco de las elecciones para renovar el jefe comunal, su nombre, sonó fuerte, para unificar a las distintas facciones del justicialismo, y ser el candidato a intendente de esa fuerza política. La historia no quiso.

Luego, en el 2017, cuando Martín Ascúa, impulsado por la Juventud Peronista, decide ser el candidato del PJ, Arias, acompañó el proyecto, desde la primera hora, junto a “Tata” Sigillo, Cesar Bares y otros dirigentes peronistas y no peronistas.

Ya en el gobierno municipal, ocupó el lugar de Director de Relaciones Institucionales.

En las elecciones del 2019, el PJ provincial se fracturó, y Arias encabezó la lista de Diputados Provinciales, por Unidad Correntina, representando, al incipiente sector de Martín Ascua, en el orden provincial.

Su mandato como legislador, duró hasta diciembre del 2023. Ese año, Celeste Ascúa, fue la nominada, para ocupar la banca de Senadora, que le correspondía al peronismo en la negociación interna. Y aquí entramos en el terreno de las versiones. Cuentan que en ese momento, Arias, comenzó su carrera hacia la intendencia municipal, avalado por Martín Ascúa.

Arias encabezó la lista de concejales de Unión por la Patria, ese mismo año, logrando una banca, que ocupa, hasta la actualidad. En el mundillo político, todos sabíamos, que era una jugada, para ir posicionándolo como candidato a intendente en esta elección venidera.

A comienzos del 2024, apareció otro potencial precandidato a intendente por el justicialismo, el entonces Secretario de Gobierno Municipal, Javier “Tata” Sigillo. Las diferencias con el intendente Ascua, lo obligaron a renunciar, pero eso es otra historia. Lo cierto es que, Sigillo continuó en carrera.

A pesar de que el distanciamiento se acrecentó, entre ambos, Sigillo, albergó la esperanza de ser el elegido, pero ya el vínculo político, entre ambos, estaba roto.

Hubo encuentros para tratar de destrabar, pero nunca prosperaron, la discusión, quedaba anclada en los motivos, que derivaron en la renuncia de Sigillo, y las responsabilidades, del episodio político, del Festival del Guiso, en agosto del año pasado. Tema archiconocido.

Siguiendo, Ascua y Sigillo, se reunieron días antes, de definir el candidato del PJ.

“Tincho”, le mostró tres encuestas, en las cuales, Miguel Arias, superaba a Sigillo, y le aclaró, que las encuestas, fueron hechas por la misma empresa de opinión, que siempre consultaron.

“Tata” se mantuvo incrédulo, y aferrado a sus números. Le mostró su propia encuesta, que lo daba, por encima de Arias.

Sigillo, tuvo la propuesta de ser el candidato a vice-intendente, y colocar un concejal, en lugar expectante. No aceptó. Hay quienes aseguran, que hasta tuvo la promesa, de ser el postulante a intendente, dentro de cuatro años, pero no hubo acuerdo.

Da la sensación, hasta por el tenor de las declaraciones públicas de Sigillo, cuestionando “el dedo”, para la toma de decisiones de candidatos, de que no disputaba la candidatura con Arias, sino el liderazgo del peronismo Libreño, con el mismo Ascúa.

En un posterior encuentro, con su gabinete, Ascúa, dejó en claro “que puso todo, para lograr la unidad” y reafirmó su convicción, de que Arias, es el mejor candidato.

La estrategia oficialista es solidificar, la imagen del candidato a intendente a la gestión municipal, a la que consideran, con buena ponderación en la opinión pública. No es casualidad, que, en la lista de candidatos a concejales, los tres primeros lugares, lo ocupen funcionarios, que están asociados con su imagen, fuertemente a la administración municipal, el Vice-intendente, Marcelo Cuevas, la Secretaria de Desarrollo Económico, Gisela Maidana y el Director de Defensa Civil, Alcides Acuña. Después en la conformación de la alianza, se verá cómo queda la lista final.

El segundo punto, es que confían, en que la boleta que llevará a Martín Ascua, como candidato a gobernador, del frente que integre el PJ, traccione, la candidatura a intendente.

Y en tercer término, lo que reflejan las encuestas, más allá, de la intención de votos, que pueda tener Miguel Arias, es que posee muy poca imagen negativa. Para el oficialismo, ese dato es fundamental, a la hora de afrontar una campaña electoral, que será muy virulenta.

Ya definido, el postulante oficial pejotista, “Tata” deberá resolver que camino tomará, con el convencimiento, de que es el mejor candidato.

Participar de la contienda interna del peronismo, nunca fue su opción. De hecho, el sector interno, “Unidad Peronista”, que luego no compitió, le ofreció la precandidatura a intendente, como primera variante, pero no quiso.

Ganar tiempo, y establecer puentes con el oficialismo, para seguir negociando, es otra alternativa. Tiempo para cerrar un acuerdo, aún le sobra, de aquí hasta el cierre de listas de las elecciones generales.

Armar un frente electoral, por fuera del PJ, es la idea que más ronda en su cabeza. Hablan de hasta una inminente, apertura de una sede partidaria, que impulsará su candidatura a intendente.

Si decide, ser candidato, deberá resolver una serie de intríngulis políticos.

¿Cuál será su discurso frente a la gestión municipal, de la que formó parte?, ¿pasará a ser abiertamente opositor?, ¿será pro-oficialista?.

¿Con que boleta de candidato a gobernador irá?, ¿Le permitirá Martín Ascùa, en su condición de candidato a gobernador, llevarlo con una colectora? En caso de no permitirle, cuestión nada descabellada, ¿abrirá la posibilidad de alinearse a otro frente provincial, que no sea del PJ?.

En la militancia, sobrevuela el temor al 2001, cuando el peronismo local, luego de diez años de gobierno, producto de su fractura interna, perdió el municipio, percibe que la dirigencia, “baila arriba de la cubierta del Titanic”. Un dirigente peronista acostumbrado a estas lides, expresó a esta redacción, “la única ventaja que tenemos, es que, en la vereda de enfrente, están peor que nosotros”.

Habrá que ver, cuánto tiene de cierto, la entonación de la estrofa de la marcha Peronista, “Los Muchachos Peronistas, todos unidos triunfaremos”.

Por Ignacio Villanueva


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