Si bien fue candidato extrapartidario, el PJ toma las riendas administrativas del principal distrito provincial. Asume a media mañana con la presencia de autoridades nacionales. Fue invitado el gobernador Colombi.

Desde el retorno a la democracia el peronismo en la Capital nunca tuvo un papel tan destacado como ahora, aunque cierto es que hizo falta la llegada de un extrapartidario para que se concrete la llegada al poder municipal, después de casi 40 años.

La última vez que el justicialismo llegó al poder -con votos propios- en la ciudad de Corrientes fue con Manuel Carrillo Delpino en tiempos que el mítico Julio Romero accedía a la gobernación en la provincia. Pasaron 36 años, por eso la algarabía en las filas justicialistas tiene fundamento, pese a que Camau no es un pura sangre del partido.

La ceremonia organizada para esta mañana guarda mucho de esta realidad, al punto que autoridades nacionales y referentes de peso del peronismo nacional estarán presentes en el teatro Vera.

Por primera vez en más de 100 años de historia, la institución (que es un templo de las artes en Corrientes y la región) abrirá sus puertas -en pleno receso- para un acto de traspaso de mando. Nunca antes se hizo algo igual, aunque sí se efectuaron actos concomitantes con la política. Por caso don Julio Romero homenajeó en ese escenario -en la década del ‘70- a los sobrevivientes de la masacre en la cárcel de Trelew y después fue denunciado (durante la dictadura) por esa presunta desprolijidad.

La llegada de Carlos Mauricio Espínola a la Intendencia tuvo ribetes particulares. Inmerso en la política desde abril de este año luego del respaldo que le dio su amigo gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, Espínola fue resistido por parte de la dirigencia tradicional y generó resquemores en los contendientes para el cargo que estaba en carrera para las internas.

Superado este escollo, el medallista olímpico se lanzó de lleno a la campaña, con dos competidores de peso: el intendente Vignolo que buscaba la reelección y Eduardo Tassano, delfín del oficialismo.

El triunfo electoral del 13 de septiembre sorprendió a los rivales e incluso a muchos de los suyos que no confiaban en tan buena performance. Y su triunfo fue festejado hasta en la Casa Rosada, al punto que a los pocos días la Presidenta de la Nación lo recibió en su despacho y hasta se trató de que Cristina Fernández esté hoy en el acto de asunción.

Es ese el punto que marcará la diferencia en la gestión de Espínola en el municipio. La presencia de una figura nueva en la política servirá para repotenciar al PJ que tiene como objetivo llegar a la gobernación, para lo cual el apoyo nacional, al menos en los próximos dos años de seguro gobierno kirchnerista, será notorio.

Para este cometido cuenta con el respaldo de fondos nacionales para marcar una fuerte presencia en la obra pública, de la que la capital está muy por detrás de las demás ciudades cabeceras de las provincias vecinas.

Y esta realidad está marcada además por los sucesos en el Concejo Deliberante que, pese a la importancia en lo institucional, no resultan de extrema necesidad para la nueva gestión.

Viernes, 11 de diciembre de 2009