El jefe de Gabinete afirmó que el Gobierno fue "el único que ha cambiado posiciones" con respecto a las retenciones móviles y advirtió que hay sectores que "se montan en el problema, lo politizan" y realizan "planteos desestabilizantes".
"El gobierno ha dialogado siempre, es el único que ha cambiado posiciones, no el campo, y aún así el campo se vuelve irreductible", afirmó el funcionario nacional.
Dio como ejemplo que "el Gobierno dictó las resoluciones, escuchó las dos observaciones que se hicieron (que se iba a afectar a los pequeños productores y a los mercados a futuro) y corregimos las dos cosas, seguramente no como quería el campo".
Fernández aclaró que "el problema además de ser de números es de los que se montan en el problema, terminan politizándolo, ideologizando y haciendo planteos desestabilizantes", advirtió.
Según dijo, el campo recibe el apoyo de "los sectores más ultras de la izquierda hasta los más reaccionarios de la derecha -como la señora Cecilia Pando (dirigente pro-militar)- y en el medio encuentra a (Mauricio) Macri, a (Francisco) De Narváez".
En ese sentido, Fernández afirmó que "la dirigencia del campo poco a poco se fue encerrando en sus propias lógicas" y que "si uno plantea en un acto con mucha gente que la única alternativa es ganar o ganar, se está encerrando y eso impide poder dialogar".
"Uno tiene que empezar a pensar cómo ocurren las cosas, y por qué son como son. Por ejemplo, si las cosas en el campo están tan mal, ¿cómo soporta 90 días el campo sin comercializar granos?" se preguntó y respondió: "Debo entender que no deben estar tan mal o tener suficiente resto para bancar 90 días sin comercializar granos".
En declaraciones a radio Global Station, Fernández analizó el "problema estructural que está generando el conflicto" y recordó que "el 80 por ciento de la soja está en manos de 5 mil productores" y que de ellos, "2 mil tienen el 50% de la soja".
"Si esta discusión por las retenciones es por 1.500 millones de dólares, hay 2 mil tipos que están reclamando 750 millones de dólares, eso demuestra el nivel de concentración que tenemos en ese sector" y lo atribuyó a que "han quedado muy pocos pequeños productores porque se han volcado a alquilar los campos".
"Estamos detectando que los pequeños productores no son tantos, que muchos dejaron de producir y se convirtieron en gente que alquila sus campos a los pooles de siembra y obviamente este mayor nivel de retenciones afecta el precio de los alquileres del campo porque se cobra en función del precio de la soja", analizó.
En sintonía con el discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la reunión de la FAO, Fernández señaló que el problema del aumento de los precios de los alimentos se debe a "agentes financieros que han dejado de invertir en bancos y ven en la soja un mejor resultado".
En ese marco, defendió el sistema de retenciones y sostuvo que "tienen un sentido básico" al explicar que se aplican frente al aumento de los precios internacionales "para que no repercutan en los mercados internos".
"Sirven para equilibrar el precio y es la solución que han encontrado todas las economías: es la retención o el cierre de las exportaciones", remarcó.
Además, dijo que en el caso de la soja, la retención tiene un sentido "ordenador", porque el campo "se ha distorsionado de un modo impresionante".
"La soja representa la mitad de la superficie sembrada de la Argentina, cuando nunca había pasado el 25 por ciento" y advirtió que grandes países demandan el producto.
"Todo genera un cuadro complejo y lo que la Argentina tiene que resolver es qué debe hacer en esta disyuntiva porque los precios y la demanda va a crecer".
Finalmente, negó que el análisis se reduzca a "un problema de recaudación porque todas las retenciones representan el 13 por ciento de los ingresos del Estado y las que se aplican sobre carnes y granos están limitadas al 3 por ciento".
Martes, 3 de junio de 2008