El equipo argentino venció a Rusia por 91-79 en el cierre del Grupo A de los Juegos Olímpicos. El ala-pivote anotó 37 puntos y fue el goleador del partido. La Selección ya tiene la cabeza puesta en su próximo rival del miércoles, el subcampeón del mundo, en los cuartos de final.
Argentina cerró en buen nivel, aunque con ciertos altibajos, su participación en la primera ronda de los Juegos Olímpicos. Ante una Rusia ya eliminada, en el equipo de Hernández hubo mayor rotación de lo habitual entre los titulares y suplentes y eso se sintió un poco en el rendimiento. Pero cada vez que tuvo problemas apareció Luis Scola como el as de espadas para que la victoria no corriera peligro.
Con el segundo puesto del Grupo B asegurado y con Grecia esperando en cuartos de final, la Selección dio otra vez muestras de que es un equipo de élite. Pero dentro de ese conjunto que se reencuentra como tal, algunos se destacaron: además del mencionado ala-pivote, aparecieron chispazos de Nocioni -sobre todo en el primer tiempo- y la clase inconfundible de Ginóbili.
Argentina tuvo algunos inconvenientes en el comienzo con los rebotes, al punto de que el primero lo obtuvo recién cerca de los 3 minutos de juego. Como había ocurrido ante Croacia, luego de un inicio parejo la Selección empezó a despegarse y al final del primer cuarto había sacado una clara diferencia, de 27 a 16.
Esa distancia llegó a extenderse hasta 15 puntos. Pero de repente Rusia empezó a arrimarse, en buena medida amparado por la rotación que había comenzado en el equipo argentino. Llegó a ponerse a un solo doble de distancia en el último minuto. Ahí, dos conversiones argentinas sirvieron para finalizar el primer tiempo en un 45-39 algo más amplio.
Vaivenes parecidos en el resultado se registraron en el tercer cuarto. Argentina amagó con irse muy lejos en el resultado, pero Rusia -actual campeón europeo a fin de cuentes- aprovechó distensiones momentáneas del equipo para que la distancia no se hiciera nunca irremontable.
Arrancó 72-64 el último cuarto, pero el comienzo mostró los momentos más flojos de Argentina. Rusia clavó un parcial de 8-1 en los dos primeros minutos de juego y estuvo a punto de ponerse arriba en el marcador. Pero ahí apareció nuevamente el intratable Scola y aportó lo suyo el reingresado Emanuel Ginóbili.
Durante los primeros tres cuartos, los rusos persiguieron la victoria como un perro la zanahoria. Cuando Scola les volvió a correr el premio en el último cuarto, ya el ánimo no les dio para intentar algo más. El final encontró a una Argentina superior y que ya empezaba a pensar en el miércoles. Ante Grecia, por los cuartos, será el momento de ratificar que el equipo está entre los cuatro mejores del mundo.
Lunes, 18 de agosto de 2008