A sus dulces 16 años, que de dulces no tienen nada, la tenista portuguesa Michelle Larcher de Brito dejó asentado que se convirtió, sin discusión alguna, en la nueva niña terrible del tenis femenino. Fue en el estadio central de Roland Garros, donde resultó imposible no advertir silbidos y abucheos generalizados en repudio a su comportamiento provocador y al borde de lo grosero frente a su rival.
De 16 años y 132 del ranking mundial, De Brito cayó 7-6 (7-3) y 6-2 en la tercera ronda ante la francesa Aravane Rezai, seis años mayor y 57 de la clasificación.
Larcher, la jugadora de su país que más lejos llegó en la historia de los torneos de Grand Slam desde el inicio de la era abierta, dio un espectáculo que bordeó peligrosamente la frontera del mal gusto y la mala educación.
El público que la conoce sabe de sus agudos chillidos cada vez que impacta la pelota, algo que desquicia a sus rivales; sin embargo, en esta oportunidad, la adolescente de apenas 16 primaveras sumó a las manifestaciones de sus cuerdas vocales festejos arrebatados ante cada punto, lo que obligó a Rezai a quejarse más de una vez al juez de silla.
El cuarto juego del segundo set, con Larcher sirviendo 1-2, fue clave en el partido, ya que se extendió por más de diez minutos y ambas pudieron ganarlo. "íííCome on!!!", gritó la portuguesa a la cara de su rival que, irritada, perdió todo tipo de modal deportivo y comenzó a celebrar los errores de Larcher, incluyendo sus dobles faltas.
El abucheo del público fue sonoro, aunque no tanto como el que despidió a Larcher tras la derrota.
"Sé que hay chicas que no me quieren, no soy muy querida en el circuito", dijo recientemente a DPA en una entrevista Larcher de Brito, que a los nueve años abandonó su país para formarse en Estados Unidos.
"Es normal, soy joven y nadie quiere perder ante una de 16. Es comprensible, yo tampoco querría perder con una de 12 o 13", justificó la portuguesa, que a partir del 8 de junio será una de las 100 mejores del mundo.
Sábado, 30 de mayo de 2009