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07/09/2024 22:31:48
Política Represión
La sociedad del terror: Bullrich-Stornelli y el orden libertario
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Jueves, 20 de junio de 2024

Bs. As. (20-6-24): Con la falta de mérito que dictó para 28 de los 33 personas imputadas en la causa que inició Carlos Stornelli, María Romilda Servini de Cubría empezó a desactivar la operación política que ella misma había convalidado en las horas que siguieron a la cacería que las fuerzas de seguridad desataron en el Congreso por orden de Patricia Bullrich. Además, le puso un límite al fiscal de Comodoro Py que pretende colaborar con el nuevo orden que sueña la extrema derecha e imponer el cargo de sedición a los que salen a manifestar contra las leyes de Javier Milei.

Por Diego Genoud

El operativo conjunto con detenciones se cayó por falta de pruebas. Servini lo desautorizó y hasta en el PRO se despegaron de la ministra. El riesgo que corre Milei.

Sobreviviente de todas las eras, Servini puso sus recursos a jugar para que Stornelli no se la llevara puesta. Durante el fin de semana largo, su juzgado obtuvo y analizó más de 100 horas de filmaciones. En base a eso y al descargo de cada uno de los imputados, la jueza detalló en su resolución los maltratos a los que fueron sometidos los detenidos y la falta de pruebas en su contra. Pero se cuidó de no dejar en el completo ridículo a Stornelli y le concedió una victoria acotada: el procesamiento con prisión preventiva de 5 personas que permanecen encarceladas: Cristian Valiente, Patricia Calarco Arredondo la que carga con la acusación más grave, delitos de incendio, una pena de hasta 15 años-, Facundo Gómez, David Sica y Roberto De la Cruz Gómez. El fiscal que fue declarado en rebeldía en la causa por extorsion que le abrió Alejo Ramos Padilla no está acostumbrado a ceder. De hecho, ya había pedido recapturar a 14 de los detenidos que la jueza había liberado en el primer momento.

Servini desautorizó al tándem Bullrich-Stornelli pese a que tiene un vínculo fluido con La Libertad Avanza. El viernes previo a la represión en el Congreso, Karina Milei y Martin Menem habían ido a visitarla a su despacho de la planta baja del Palacio de Tribunales. Desligado de las angustias de un presente de recesión brutal, el karina-menemismo está pensando en las elecciones de 2025 y la jueza federal con competencia electoral -que lleva casi 35 años en su cargo- es la que impone las reglas. En la oposición, afirman que la hermana Karina intentó intervenir sin éxito para que Servini convalidara los cargos que inventó el fiscal. El apoderado legal de LLA es Santiago Viola, un abogado cuestionado, que también se educó en la escuela técnica de Comodoro Py.

Incinerado después de haber sido un anexo del ministerio de Seguridad durante la era Macri, Stornelli supo aguantar atrincherado en el quinto piso de Comodoro Py. La ley Bases y la represión en el Congreso le dieron una oportunidad para ponerse en valor ante el gobierno de Javier Milei y volver a ofrecer sus servicios a la ex jefa del PRO. Debe extrañar el memorable tándem que protagonizó con Claudio Bonadio. Ex ministro de Seguridad del peronista libertario Daniel Scioli y ex jefe de seguridad deportiva de Boca, Stornelli tiene más aprecio por el poder que por las pruebas y demuestra cada vez que puede que no conoce de límites. Es su forma de autoprotegerse.

La fábula del golpe de Estado que propagaron desde la Casa Rosada tuvo a Bullrich como actriz protagónica. Después de quedar expuesta en su durante la campaña presidencial y salir tercera en las elecciones de 2023, la ministra de Seguridad también tiene un repertorio acotado de posibilidades para sostenerse: su principal argumento es el de la represión policial; su principal utilidad, la de estar dispuesta a incendiarse en gobiernos que, para la historia, duran un suspiro.

La sociedad de hierro de Stornelli con Bullrich es tan sólida que se mantuvo inalterable incluso después de que la mafia del falso abogado Marcelo D’Alessio quedara expuesta y el espía que oficiaba de panelista en Animales Sueltos fuera procesado por extorsión y lavado de dinero. Era el tiempo en que América TV hacía picos de lawfare y Mariano Cúneo Libarona estaba entre los invitados recurrentes a la mesa de Alejandro Fantino. Todo ese dispositivo, que no nació con Milei sino recostada en un ala del peronismo judicial, hoy está tercerizado. En un giro repentino, producto de su debilidad o desesperación, el presidente showman acaba de demostrar que también lo puede utilizar, como antes lo hizo Mauricio Macri. La casta tiene empleo. El triángulo de poder acaba de adquirir sus servicios, en un juego riesgoso que resigna lo poco que Milei exhibía para diferenciarse del pasado. Un juego riesgoso que además ya se devoró a varios presidentes.

Por ahora los resultados son opinables y la convicción ideológica de Stornelli parece haberle jugado en contra. Hijo de un coronel que fue interventor de la dictadura militar en Radio Belgrano y con un suegro que fue ministro de Trabajo de Videla, el fiscal declarado en rebeldía tuvo un ataque repentino de aprecio a la democracia y confundió una marcha con un golpe de Estado. El cargo de “alzamiento contra el orden constitucional y la vida democrática” fue desestimado por Servini en la mayoría de los casos. Ni él ni Bullrich aportaron datos ni pruebas que pudieran llevar a los culpables del hecho que se viralizó al infinito, el incendio del móvil de Cadena 3. De todas maneras, no se lo puede subestimar: el ex ministro de Scioli demostró que tiene la fortaleza necesaria para burlarse de la misma ley que pretende imponer. Su objetivo es el mismo que el de Bullrich: sembrar el terror entre los que salen a la calle para rechazar la arquitectura legal que fue diseñada a medida del poder económico.

Así como Stornelli paga un costo por las patas cortas de una denuncia inviable, Bullrich también arriesga con su teatro de operaciones represivo. El ataque con gases lacrimógenos a diputados de Unión por la Patria generó denuncias en tribunales internacionales y reacciones imprevistas en el terreno de la política. Después de la represión en el Congreso, macristas residuales como Cristian Ritondo y Silvia Lospenatto llamaron a diputados del peronismo para expresarles su solidaridad. Debería ser la regla. Pero pesan también los antecedentes de Bullrich: acumuló demasiados detractores en cada uno de los lugares por los que pasó.


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