Bs. As. (6-4-25): La conducción cree que el escenario político cambió y se está revirtiendo la relación de fuerzas con el gobierno. Sindicatos pararán 36 y hasta 48 horas. Habrá permanencia en el Congreso. El rechazo de la Cámara alta a los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para ingresar a la Corte Suprema no pasó desapercibido. Para el gobierno representa un duro golpe en su capacidad de construir y sostener una mayoría parlamentaria capaz de lograr ese objetivo en particular, pero también para otros proyectos con los que aspira avanzar.
Por: Alfonso de Villalobos
@alfondevil
Entre ellos, destaca, el de la diputada libertaria Romina Diez, que dispone una serie de puntos que constituyen, en boca del presidente, la “verdadera reforma laboral” a la que aspira.
El revés oficialista tampoco pasó desapercibido para la conducción de la CGT, que evalúa que la relación de fuerzas comienza a revertirse y que ese traspié oficiará como un espaldarazo para la medida de fuerza de 36 horas dispuesta para esta semana.
Fuentes muy cercanas al triunvirato que conduce la CGT confirmaron a Tiempo que, si bien los detalles de ambas jornadas, y en particular la de la movilización del miércoles 9, se definirán mañana lunes, la intención de la CGT es garantizar una permanencia de 12 horas en la Plaza de los Dos Congresos el miércoles para respaldar la protesta de los jubilados a cuyas organizaciones recibieron el viernes (ver recuadro).
Esa decisión implicará en varios gremios un paro de 36 horas con cese de tareas desde el mismo miércoles al mediodía. La intención de los jefes cegetistas no es la de confrontar con las patronales sino con el gobierno. Por eso, confió la misma fuente, muchos sindicatos intentarán consensuar con las empresas un abandono de tareas de 36 horas adelantando producción y garantizando guardias mínimas para promover una movilización masiva. Con todo, la misma fuente, aseguró que “priorizamos el paro del 10 a la marcha del 9 que, de todas maneras, va a ser más grande que la del 24 de marzo”.
Hay sindicatos, sin embargo, que ya decidieron parar durante 48 horas como la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD-UBA) y el sindicato docente porteño Ademys, que tomó esa decisión para garantizar una masiva movilización de la docencia.
Es que, tal como reconoció a este medio el secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros, Daniel Yofra, “sin un paro se hace mucho más difícil movilizar. Sobre todo, para nosotros que tenemos pocos trabajadores en la Ciudad de Buenos Aires. De todas maneras, venimos participando de todas las movilizaciones de los miércoles y esta no va a ser la excepción, por el contrario”.
Tanto la AGD como Ademys, junto con otros sindicatos agrupados en el sindicalismo clasista, como el Sindicato del Neumático o la Unión Ferroviaria de Haedo, se reunieron el sábado en la puerta de la planta gráfica Morvillo, ocupada hace más de un mes por sus trabajadores, con el propósito de delinear una intervención independiente y en común para las jornadas del 9 y 10 de abril. Esos gremios desconfían que la conducción de la CGT dé continuidad a las medidas y, por el contrario, busque generar un «desahogo» y lograr un entendimiento con el gobierno.
Yofra coincidió con esa apreciación señalando a este medio que “la CGT decretó una huelga después de mucho tiempo por la cantidad de problemas que tiene la clase trabajadora. Ese debe ser el motivo pero no hay comunicado de la CGT. Ojalá que esta huelga sea la punta de lanza para que se consolide una unidad de los gremios más allá de la conducción”. Es que, opinó, “la CGT no va a dar continuidad al plan de lucha. No lo hizo hasta ahora por muchos motivos y no lo van a hacer más adelante. Necesitamos un plan de lucha porque si no, le vamos a dar lugar a los que dicen que un paro no sirve”.
La principal incógnita sigue siendo la actitud de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que puede resultar estratégica para la contundencia de la medida del 10 de abril. Sin que hubiera tomado estado público una comunicación oficial, fuentes del sindicato señalaron a la prensa que notificaron a los miembros del Consejo Directivo de la CGT que “adherirán al paro pero sin interrumpir el servicio”. La controvertida y contradictoria decisión surge a partir de la conciliación obligatoria que dictó la Secretaría de Trabajo para un conflicto salarial particular. El sindicato asegura que sus abogados recomendaron acatar la resolución ministerial a pesar de que, tanto el abogado de la CGT, Hugo Moyano hijo, como el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, Guilermo Pérez Crespo, confirmaron a este medio que la legislación indica que las conciliaciones obligatorias se dictan para conflictos puntuales y no tienen alcance general.
Si bien la conducción de la UTA se ha mostrado distante del triunvirato y hay motivos para sospechar que se montó un escenario para ofrecer un salvoconducto y no adherir a la medida, será el mismo 10 de abril cuando se conozca el alcance de la decisión y, al mismo tiempo, la actitud que tomarán las más de 100 líneas de colectivos agrupadas en la oposición liderada por Miguel Bustinduy. Ese sector sí emitió un comunicado en el que no confirma su adhesión a la medida pero critica a la conducción de la UTA por aludir a una “restricción legal” como una “excusa” que, aseguran, “retira a la UTA del movimiento obrero argentino”.
Con todo, vale recordarlo, durante el último paro del 9 de mayo de 2024, el sindicato liderado por Roberto Fernández tomó la misma decisión y, sin embargo, los colectivos que circulaban lo hacían sin pasajeros.
Cara a cara con los jubilados
El viernes la CGT recibió a una delegación de representantes de las organizaciones de jubilados que marchan los miércoles desde la asunción de este gobierno. Allí, Héctor Daer, dijo a las organizaciones que la Central participará de la medida pero no dispondrá de un escenario ni un acto con oradores porque, su intención, es la de «acompañar la protesta de los jubilados».
Nora Biaggio, dirigente del Plenario de Trabajadores Jubilados, señaló a este medio que «fuimos con la idea de plantear nuestro programa. Clarificamos a la CGT que venimos luchando por el aumento de los haberes jubilatorios y que defendemos la canasta básica jubilatoria hoy en $ 1.200.000. Aclaramos que no queremos bonos sino un aumento real y proporcional en cada categoría». La dirigente agregó que «exigimos la devolución de los medicamentos al 100% y recuperar la moratoria previsional que debería ser un reclamo de los trabajadores activos al igual que el vaciamiento de las cajas previsionales». Por último dijo que «solicitamos la continuidad del plan de lucha uniendo a los jubilados con los trabajadores activos y los desocupados».
Domingo, 6 de abril de 2025