Las relaciones entre católicos y musulmanes se tensaron en 2006, después de un discurso que el Santo Padre pronunció en Regensburg.
Las relaciones entre católicos y musulmanes se tensaron en 2006, después de un discurso que el Santo Padre pronunció en Regensburg.
El Sumo Pontífice también dijo que la Iglesia Católica está abierta para aprender de otras religiones, un comentario que se da en el contexto de los intentos del Vaticano por mejorar sus relaciones con el mundo islámico.
"La Iglesia busca con avidez oportunidades para escuchar la experiencia espiritual de otras religiones", dijo Benedicto XVI.
Las relaciones entre católicos y musulmanes se tensaron en 2006, después de que el Santo Padre pronunció un discurso en Regensburg, Alemania, en el que los mahometanos consideraron que implicó que el Islam era violento e irracional. Los musulmanes de todo el mundo protestaron y el Papa quiso reparar el daño cuando visitó la Mezquita Azul de Turquía y rezó en dirección a La Meca junto a su imán.
Además, el Papa aseguró que la religión no debe ser un motivo de división, sino de unión para encontrar el camino de la paz.
Asimismo, también habló a los miembros de las otras religiones sobre la necesidad de mantener el medioambiente.
Después de los discursos ofrecidos por el Pontífice, Benedicto XVI ha almorzado con un grupo de jóvenes que le han regalado unas orejas de Mickey Mouse, un rosario charro y una figura del Apóstol Santiago, entre otros regalos.
Dentro del marco de la Jornada Mundial de la Juventud, se ha realizado una espectacular representación del Vía Crucis, en el que cuatro mujeres aborígenes lloraban ante el sufrimiento de Jesús.
Benedicto XVI también ha contemplado la reprsentación de la última cena en la catedral de Santa María, que ha sido a través de las numerosas pantallas gigantes en parques y plazas de Sídney.
Viernes, 18 de julio de 2008