Paso de los Libres (1-12-24): Es habitual que los fines de semana, generalmente en horas de la madrugada, el aura de Colapinto, Sena, o cualquier otro, tome cuenta de algunos jóvenes, que con alguna dosis de alcohol u otras sustancias, toman las arterias de la ciudad como circuitos de carreras, principalmente calle Colón, y se lleven puestos los bolardos que la circundan, este fin de semana no fue la excepción y atropellaron 4 de ellos. Es una situación que si la comuna sigue reparando el daño como hasta ahora no tendrá solución, solución la cual ya fue comunicada a autoridades comunales por diversos medios y profesionales.
Al principio se atropellaban los ubicados en las esquinas, llegando al absurdo que en la esquina de Brasil y Colón en un mes tumbaron la friolera de 7 veces, ahora ya no son solo los de las esquinas, sino los ubicados en medio de la cuadra. El costo de reparación es grande dado que los bolardos no se fabrican en Libres. Además, con el peligro que alguno de estos inadaptados atropelle no solo los bolardos de cemento sino a algún transeúnte que ande por la vereda o esté en alguno de los bares, es de esperar que se tomen las medidas antes que se tenga que lamentar daños muchísimos mayores.
Ya un profesional de la construcción indicó cuan era una de las fallas crónicas de los mismos y es que la armadura interior es de hierros de 6 mm, algo sumamente débil, y que lo correcto sería poner hierro de 12 mm, lo que le daría una solidez muchísimo mayor.
También se les sugirió que fabriquen los bolardos en el corralón y los hagan con esa medida, se ahorraría mucho y la duración sería, sin dudas, mayor.
La gran mayoría de los casos, no tiene responsables, y por lo general los daños al vehículo son menores, dado que con solo un mero empujoncito el bolardo cae, no sucedería lo mismo si la armadura fuera más sólida, el bolardo no caería tan fácilmente y el costo de reparación en el vehículo si sería mayor, lo que definitivamente llevaría a que se tenga más cuidado.
Es curioso ver como en esta ciudad no se respetan las leyes de tránsito, se estaciona en cualquier lugar, aunque esté prohibido, hasta abajo del propio cartel que dice sobre la prohibición, en doble fila, fete a garages, porque sabe que por lo general no pasa nada, no hay consecuencias, pero lo curioso es que cuando van a Uruguayana cumplen a rajatablas todas las leyes, dado que saben que las sanciones son inapelables y costosas. Es decir que "son hijos del rigor", razón por la cual cualquier medida que tome la comuna para los automovilistas cumplan las normas no estaría demás.
¿No será hora de que de una vez por todas que los controles sean más severos, que quienes rompan el mobiliario urbano paguen las consecuencias, o con multas o con los costos de reparación de sus bienes?
La solución está, solo hay que aplicarla.
Domingo, 1 de diciembre de 2024